Desayuno con tirantes

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-Melani!!....

- Lukas!!!....

Edu  gritó nuestros nombres  desde  la  entrada  a  la  habitación, me  da  que  no  quería precisamente avisarnos  para  que  bajáramos  ha  desayunar.

Abrí vagamente un ojo y me deslumbró la luz, me giré y vi el dormido rostro de Conejo me incorporé bruscamente y eso le despertó.

-haaaa.....buenos días.... -dijo estirando la espalda y bostezando.

-sí, muy buenos y sobre todo para ti como se puede ver- dijo apoyado en el cerco de la puerta mirándome de arriba a abajo  con  cierto desprecio.

Entonces recordé que había dormido solo con la camiseta que Conejo me prestó y mis mejillas empezaron a tornarse de un color rojizo

-mi cama se rompió - dije mirando firmemente a Edu desde la cama.

-¿no pudistes haber dormido con otra persona?- respondió firmemente

Agaché la mirada sin saber que responder, aun así yo no tenía que darle explicaciones de nada, no era mi padre

-yo no quería que durmiena con nadie más - dijo Conejo mirándome fijamente

Mi respiración se alteró al  escuchar  a  Edu  reír irónicamente

-gracias -dije susurrando con una voz temblorosa mientras le miraba

Edu  salió de  la  habitación de  un  portazo, no  sin  antes  dedicarme  unas  palabras

-bonito cuerpo  compañera, tienes  buen  ojo  macho-  le  sonrió a  Conejo

Le  miré buscando una  respuesta pero solo  logré un  par de  palabras

-¿que  quieres que  le  haga? tiene  toda  la  razón del  mundo- rio  mientras se  levantaba

Su  torso estaba  desnudo, no  había nisiquiera una  camiseta  que  lo  tapara, por  mas  que  lo  intentara no  podía dejar  de  mirar  su  ancha  espalda  y sus hombros fornidos.

-¿piensas  bajar  a  desayunar con  mi  camiseta y  sin pantalones? Oye, que  por  mí encantado pero  no  creo  que  sea  agradable ver  como se  atragantan  todos  a  verte  aparecer-

esto último me  causó  bastante risa pero la  logré controlar  para  no  parecer una  tontita enamorada...

-obviamente no  voy  a  ir  así- dije  aguantado la  risa  que quería salir  de  mi  pecho.

-¿y  a  que  esperas para cambiarte?-

su  gran  tranquilidad me  dejó  clavada  en  el suelo  sin  poder  nisiquiera moverme.

Debe ser que  tanto  cambié mi  expresión que  hasta  él me  preguntó que  si  estaba bien, le  expliqué que  no  tenía ni  la  menor  de  las  ganas de  cambiarme de  ropa con  un  chico  delante mirándome.

Me  convenció para  cambiarme  si  él  se  iba  a  una  parte alejada  de  la  habitación.

(...)

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Lukas P.O.V

Accedió a  cambiarse  si  yo  me  alejaba  lo  máximo posible de  ella, me  senté en  el  borde de  la  cama  pero  mis  ojos  no  podían resistir  la  tentación de  dirigir su mirada  al  espejo  que  enfocaba  justo a  la  silueta  de  Mel.

Observé una  esbelta  figura  que  al  levantar  sus  brazos  para  quitarse  la  camiseta contorneaba  su  cadera.

Tomé aire  para asimilar lo  que  pasaba  pero  nada e  hacía apartar la  mirada de  ese  esculpido  y  delicado cuerpo, parecía ser  de  porcelana  al  reflejar la  luz

Sentía la  necesidad física de  acercarme  y decirle todo  lo  que  pienso pero sabia que  seguramente me  tomara  como  un  loco, o  mejor  dicho, por  un  lanzado.

(...)

FIN  LUKAS  P.O.V
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Terminé de vestirme y bajé las escaleras para ir a desayunar, pero al ir a la cocina no había nadie, me extrañé y miré a mi alrededor cuando miré en dirección a la terraza vi a Sheila agitando sus manos para llamar mi atención, abrí la puerta y me dijo que Ferran había decidido desayunar fuera, me pareció una idea bastante divertida a si que hoy tocaría desayuno con tirantes, me senté y me serví unas tostadas de pan con tomate y un poco de sal, al rato bajó Conejo y en el mismo instante que nuestras miradas se cruzaron apartamos la vista uno de otro.

Estas empezaban a ser unas vacaciones fuera de lo planeado.

A 699 kilómetros de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora