Mi cuerpo deseaba repetir las sensaciones de anoche pero mi mente no dejaba de pensar en el terrible día de hoy, mi hombro y mi cabeza aún se resentian del golpe, agotada me senté en el borde de mi cama y me quité el uniforme quedándome en ropa interior, no tenía frio, incluso calor, se acercaba el verano y era notable en el ambiente abrí la cama y me sumergí dentro de ella rozando con las sábanas, intenté cerrar los ojos sin resultado alguno, me levanté de la cama para abrir un poco la ventana y entre los arbustos logré ver un pequeño conejito blanco que se me quedó mirando, sus ojos parecían estar fijamente clavados en mi, un poco sorprendida volví a mi cama pero antes me puse una camiseta algo vieja para dormir, no me tapé con las sábanas esta vez si no que me dormí encima de ellas.
Sueño
Hacía frío y era de noche, me sentí desubicada al no saber donde estaba, las calles parecían iguales, miré en todas direcciones y en una de ellas localize a Sheila que estaba con unos tipos sentados en unas motos, grité su nombre para que me viera en ese momento vi que uno de ellos la empezaba a tocar, salí corriendo hacia ella gritando su nombre al llegar a donde estaba todos lo chicos habían desaparecido, ella me miró estrañada y se rio de mí, fue una estraña sensación que me dejo con muy mal cuerpo.
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Me desperté sudando y muy sobresaltada miré el reloj y tan solo eran las cinco de la madrugada, había dormido cuatro horas.
Tenía miedo de dormir por si volvía a soñar con eso, contra todos mis esfuerzos caí dormida y no me desperté hasta que mi despertador sonó, me sentía muy mal, me dolia la cabeza y casi no podía ni respirar .....¡¿que?!...¡me había dormido encima de la cama con la ventana abierta!.....Me puse el uniforme y desayuné me tome una aspirina y recé para que hiciera efecto rápido.
Al llegar a clase vi a Sheila sentada atrás del todo con el movil escondido debajo de la mesa para que no le pillará el profesor....anque estuvieramos ya a finales de bachillerato se seguía comportando como una chica de la secundaria...
Noté que mi movil vibraba y rapidamente lo coji, era ella, ¿que hacía mandandome un mensaje en medio de clase?- q te pasa?- su forma de escribir mensajes era fatídica, no reducía mas letras porque no podía
-🗣👣⛲- esa era la forma que teníamos de decir te lo digo cuando salgamos al patio
Ella se enteró y apagó el móvil, me pronia muy nerviosa el simple hecho de pensar que el profesor pudiera pillarnos a si que apagar el movil era la mejor opción.
Cuando salimos le conté a Sheila que estaba constipada y ella echó a reir.
-¿¡constipada en verano!?- dijo mientras trataba de aguantar la risa
-si-dije muy seria aúnque estallé en carcajadas al oir las sonoras risas de Sheila
Era estraño que alguien se constipara en verano pero en verano es mas fácil curarlo porque no te ves expuesta a un frio constante
-¡ay es verdad!- dijo rápidamente - este verano voy a ir a Girona de vacaciones todo el mes, los padres de uno de sus amigos nos dejan una casa para pasar el verano, ¿te vienes?
La idea me entusiasmaba pero en verano solía ir a una escuela de idiomas para recuperar frances que era lo que peor se me daba de todo, era aburrido pasarse tres semanas en Madrid dando clase mientras recibes fotos de tus amigos de fiesta, en la playa o en la piscina, tomando el sol, comiendo helados...las cosas tipicas que se hacen en verano pero que yo tenía que tachar de mi lista por subir ese triste cinco que aparecía en mi boletín académico
- lo siento, sabes que...que tengo que ir a frances y....gracias pero no puedo
-a bueno
Noté en sus ojos una mirada algo desilusionada, sabía que esto no podía quedar así, tenía que sacar una nota que sorprendiera a mi padre y a su mujer para que no pasara otro año en la academia.
Los examenes eran dentro de dos semanas aún tenía tiempo para convertirme en una experta "dans le français" y poder pasar un verano de lujo, durante esas semanas llegaba a casa, apagaba el móvil y desconectaba el wi-fi para evitar tentaciones, subía a mi habitación y estudiaba como si no hubiera un mañana.
Mi corazón latía y estaba muy acelerado, sentia sus ojos clavarse en mi cuando dijo
-¿madame Oriss se va a quedar mirandome durante toda la hora o va a terminar su examen?
-ya he terminado- dije con una voz casi espectral
-valla, que velocidad, ¿he de esperar lo mismo que los años anteriores?
-no me gustaría- añadí mientras corría la silla bajo la mesa y me iba por la puerta bastante satisfecha, lo había dado todo por ese examen, había estudiado como una esclava, ¡hasta había desconectado el wi-fi!
Porfin era el día, mi verano estaba en manos de un pequeño papel doblado por la mitad en el que si había un repetido cinco en frances pasaría los siguientes dias en una academia poco entretenida, al abrir el sobre y desdoblar el folio salí corriendo en busca de Sheila para enseñarle mi nota, el verano no había hecho más que empezar, aquí comenzaba lo verdaderamente bueno
-Cuidado verano que allá vamoooos- gritamos a la entrada consiguiendo que unos cuántos padres de niños de la secundaria son miraran con caras raras, nada mas terminar nuestro grito de victoria a mí se me escapó un pequeño estornudo que causó la risa de Sheila.
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A 699 kilómetros de ti
Novela JuvenilDistancias, números que nos dicen donde ir, donde estar y donde terminar, números que a veces ahogan nuestros sueños o ponen murallas para no poder alcanzarlos, pero sobre todo son números que marcan deseos, ilusión y confianza