Cartas Anonimas [ArgUK] (Pausada)

Capítulo 2: Segunda Carta

¿Por qué es tan fácil recordar las cosas malas y olvidar las buenas?

Arthur es una de esas personas que se inspiran en las cosas buenas, aunque también recuerda las cosas malas con frecuencia.

Habían muchas cosas buenas para recordar. Arthur y Martín tuvieron sus buenos tiempos, y duele saber que el argentino no tiene ni la mínima intención de recordarlas.

¿Por qué?. Porque el odio puede más, mucho más, que un buen momento vivido.

Es más fácil recordar las cosas malas y amargarse por algo que ya pasó, es mucho más sencillo arruinarse el día con tontos recuerdos malos.

Arthur quería arreglar las cosas, sentarse frente a Martín y decirle las cosas como son, pero no podía, no solo porque sentía miedo de empeorar su relación con el argentino, sino también porque su orgullo no se lo permitía.

Si a penas se miraban, no había ningún tipo de posibilidad de sentarse a charlar como dos personas adultas, sin gritos, sin golpes, sin reclamos, ni reproches.

Se sentía horrible, no podía estar enamorado de ese rubio, no quería estar enamorado de ese rubio, pero nadie gana una pelea contra el corazón.

El inglés suspiro. Intentó calmarse un poco, tenía que alejar pensamientos tontos de su cabeza que sólo ocupan lugar para nada.

Golpeo varias veces las yemas de sus dedos contra la mesa, estaba nervioso. ¿Qué pasaría si alguien se entera?, ¿Qué debería hacer en esa situación?, ¿Qué debería decir?.

¿Por qué a el?, ¿Por qué debía sentirse así por un malcriado?

Tomó una hoja en blanco de todo el montón que había a un lado de la mesa, agarro una lapicera y comenzó a escribir para intentar relajarse.

No tenia porque sentirse nervioso, después de todo nadie lo sabe, y confía demasiado en que el chileno no le dirá nada a nadie.

Relajo el semblante y le pidió un té a Victoria. Listo para escribir.

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¡Te amo!

Quizás ya te lo dije, pero siento que no te quedo claro. Prefiero volver a escribirtelo una y otra vez antes de que lo olvides.

Quiero repetirtelo antes de que se convierta solo en una palabra y te olvides de ella.

No quiero ahogarte con mis sentimientos, ni tampoco molestarte... Es que es difícil explicar lo que me provocas.

Quizás... Con solo tocarte... Aunque sea una vez... Podría calmar un poco esta sed que tengo de ti.