Capítulo 4: Buena amistad

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Hoy pensé mucho, más de los normal.
Por lo general ocupas un gran porcentaje de mis pensamientos, y esta vez te pensé demasiado. Tanto que hasta imaginé que te tenía junto a mi.

Pensarte me ayuda mucho, me hace imaginar cosas que aún considero imposibles, extiende mi límite de creaciones y posibilidades... creo que eso es bueno.

Una vez leí en un libro que, cuando uno regala su corazón, se expone a todas las tempestades... Bueno, este no es el caso. Yo no regale mi corazón, me lo robaste, y no te culpo por ello, me culpo a mi, no hice nada para evitarlo... Y me deje llevar.

Termine sumergido en un mundo distinto, algo fantasioso y ya no puedo salir de él; se siente como uno de esos cuentos con finales predecibles, donde siempre aparece el amor triunfante, aunque, yo aun busco el desenlace.

Siento que tienes las respuestas a mis problemas, y por eso busco alcanzarte, muchas veces estuve cerca de conseguirlo, en algún momento me canse y pensé en rendirme, pero por más que lo intente no puedo dejar de pensarte, ¿qué caso tiene rendirme?, si sé que aunque lo intente una pequeña parte de ti se quedará en mi cabeza y me torturara hasta en mis más profundos sueños. Y si me preguntan, no gano nada con hacerlo, más bien sentiría que pierdo. Los sabios me dicen que los sueños son posibles de realizar si uno lo desea con todo su corazón, y , eres mi mayor sueño y creeme que te deseo como a nada en este mundo.

Cartas Anonimas [ArgUK] (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora