Olas de revolución

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Olas de revolución,

se levantan a la marcha,

tienen todo preparado,

andando al grito de basta!

En las almenas se asoman,

los súbditos del Reino,

viendo a lo lejos las antorchas,

corriendo a poner al vendaval freno.

Comienza la pelea,

se lanzan las ballestas,

adelante infantería,

cuidado con las flechas!

Arqueros disparad!

carguen ya de nuevo,

daros prisas o sino,

arruinaran nuestro reino.

Salen los caballos,

galopan sin cesar,

están dispuestos a todo,

por lograr su paz.

Pero eso es imposible,

pues una pega se haya acá,

el foso es una trampa,

dejan de galopar.

Se monta la masacre,

más fuera que dentro,

heridos por el suelo,

muertos en el cielo.

Los súbditos celebran,

han ganado la batalla,

el Reino estara a salvo!

nada de tanta calaña.

Aquí nos sale el rey,

bastante orgulloso,

todos le aclaman,

saliendo victorioso.

Proclaman una estatua!

Los súbditos se alegran,

y cantan la canción,

viva la fertilidad de la reina!

Pasan unos años,

contemplan una estatua,

esta hecha de joyas,

pero bañada en lágrimas.

Un joven campesino,

mira a su al rededor,

y piensa...

¿no es casualidad que haya más de dos?

Y si amigos míos,

el pueblo lleno estaba,

rebosante de estatuas,

pero a la boca de comida nada,

eso sí,

había también lápidas,

no de aquellos que murieron,

en la guerra contra y por su patria.

El pueblo enfurece,

la guerra se ha montado,

es hora de volver,

a lanzas entre hermanos,

acaba la batalla,

parecida a la anterior,

medio pueblo muere,

y el otro pueblo se proclama vencedor.

Lo sentido es gratisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora