Un dia en el abeto
Con el torso medio escondido
Pensando en el momento
Sintiendome dormido
Manta sobre mi cabeza
Alas sobre mis plumas
Ya puede ser media trenza
O el mar sintiendo espumas.
Brillo de ojos marrones
Negro de viento morado
Mirando a todos esos peones
Felices ya con sus dados
Montañas sobre mi espalda
Sentido dado a mi vida
Ahí se encuentra una balda
La cual abrió mi herida
Miles de pájaros pasan
Cientos de soles me rodean
Pero aunque ellos mucho se posan
Mis esperanzas poco idean
Ya han pasado mil horas
Desde aquel momento de mal
Pero si vieron, ves y veras,
Todo agrupa un gran y pequeño total.