Parte 16

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Llegamos al hotel para cambiarnos e irnos a la fiesta que nos habían invitado los amigos de Oliver, él sólo se quita la corbata dejándose el mismo saco.

—¿Así irás? —pregunto, viéndolo con intriga acomodarse el bendito reloj.

—Por supuesto, vine hasta aquí porque tú querías cambiarte, así que apresúrate.

Para Oliver Anderson "apresúrate" significa "no más de 5 minutos" lo primero que encuentro es un vestido negro ceñido, es strapless y un poco demasiado corto, es de imaginarse que fué Natalie quién me lo regaló. Oliver ya está viendo la hora así que no me da tiempo de observarme en el espejo para después irme a cambiar otra vez, me dejo los mismos zapatos y voy hasta Oliver quién ya está comenzando a tamborilear los pies sobre la alfombra.

—Oliver ¿Este vestido se mira bien con estos zapatos? —bueno, ya que no tengo a Natalie, él me debe servir para algo, Oliver levanta la mirada y me observa de pies a cabeza.

—Se... se —aclara su garganta —mira bien —desvía su vista hacia otro lado. Sonrío ampliamente, si balbuceó significa que sí se mira bien, tomo mi bolso negro con incrustaciones y salgo.

Llegamos a la limusina, unos dos minutos después llegan Brittany y Henry. Como siempre Brittany con su cara de pocos amigos viéndome de mala gana de pies a cabeza.

Llegamos al lugar de la fiesta, es un lugar inmenso, con luces de colores por todos lados, música electrónica no para de sonar, el DJ dice algunas palabras en italiano y todos gritan. Kevin y Dason ya están esperándonos, nos presentan a dos tipos más, uno de ellos es el anfitrión de la fiesta Carlo, a juzgar por su acento es italiano, éste toma mi mano y la besa, gesto que al parecer no le agrada a Oliver ya que lo mira con su típica cara de seriedad mientras pasa su brazo por mi cintura y me apega a él con posesión.

¡Hey! Tranquilo viejo.

Carlo lo nota y se aparta de mí, Oliver ríe, sí, ama espantarme hombres, apuesto que es su nuevo pasatiempo. Toma mi mano y me dirige a unos sillones de piel que rodean una linda mesa de cristal, están sirviendo pequeños tragos de vodka, espero esto no me afecte rápido, la música electrónica está fuerte y hay gente bailando, me siento animada.

Hay unas tipas con vestidos casi transparentes y pronunciados escotes que se quedan viendo a Oliver, Oliver también las ve ¡maldito! recuerdo lo que él hace en estos casos así que me acerco bastante a él, voltea su rostro hacia mí con desconcierto y tomo su rostro con ambas manos, le doy un beso en los labios que hasta aprovecho para ingresar mi lengua, él hace lo mismo, nunca nos habíamos besado de esta forma, él toma mi mejilla tiernamente y la acaricia a medida que me besa y con su otra mano toma la mía, algún día le preguntaré como es que sabe besar tan bien y juro que se me paró la que no tengo.

—Eres una maldita —dice, una vez que detiene el beso lentamente.

—¿Por qué? Por besar a mi esposo en frente de todas estas degeneradas que lo miran con lujuria —digo, retomando su oración de hace unas horas.

—Solo memorizas cosas malas, Alex —sonríe ampliamente viéndome con esos bellos orbes azules.

—No vas a estar viendo mujeres en frente mío.

—Y si no... ¿Que? —me mira de manera desafiante mientras toma otro trago.

—Te corto los huevos.

Oliver cambia todo su gesto y frunce su entrecejo, finalmente esboza una gran sonrisa.

—¡Diablos! Ahora entiendo porque no tienes novio —ríe levemente y desvía su mirada a la mesa donde reposan unos bocadillos.

Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora