—Solo sonríe —digo a Oliver tomando pose para la foto, pero él continúa carcajeándose por la abuela que acaba de darle una reseña bastante inusual de Magic Mike, no porque enserio le caiga en gracia el trama de la película, sino, porque escuchar de la boca de una anciana de 75 años "El Channing Tatum baila tan rico que hace mi desierto humedecer" creo que a cualquiera trauma, bueno, a mí, porque a Oliver le pareció tan chistoso que ríe a carcajadas con las manos en su rostro y los codos sobre sus rodillas. Hasta a mi me dan ganas de carcajearme pero me contengo, voy a regañar a la abuela por estos sus comentario obscenos.
Cuando Oliver por fin se controla sonríe para la foto y casi de inmediato la fotito viene deslizándose por la parte inferior de la camarita, la verdad me gustaría más una de estas cámaras; la abuela nos la entrega y se retira, Oliver observa tan detenidamente la foto que hasta me da curiosidad por saber si al fondo salió algún ser misterioso como he visto en las películas de terror, y todo mi ser se llena de emoción, observo la foto, pero no hay nada más que nosotros dos, él levanta su mirada y me mira a los ojos.
—Alex esta es la primer foto juntos —esboza una sonrisa, y sí tiene razón, no tenemos ni una foto juntos y esa es la primera, al menos nos vemos bien y Oliver se ve feliz, ¿Quién no va a estar feliz con una abuela y una suegra como éstas?
—Voy a ir a guardarla, esta foto la voy a enmarcar y va a estar sobre nuestra mesa de noche.
—¿Nuestra? —–enarco una ceja —tendríamos que sacar una copia para que cada uno tenga una en su mesa de noche.
—Bueno, ya que Natalie se casó tendrá que irse a vivir con David y... tú te tendrías que venir conmigo
Rio al recordar que Natalie se acaba de casar y con David en las Vegas, que es lo peor. Observo a Oliver, y me percato que no me acaba de pedir que me vaya a vivir con él, me acaba de exigir que me vaya a vivir con él.
—¿Es eso una petición o una orden? —cuestiono, arqueo mis cejas observándolo con intriga.
—Una orden — lo examino, con los ojos entre-cerrados y él ríe a carcajadas —bueno, dijimos que lo haríamos funcionar y no conozco esposos que vivan separados. Además no puedes estar viviendo sola en esa olla.
—¿Esa olla? Aparte ofendes mi apartamento, Oliver Anderson —ríe nuevamente, es bueno saber que está de buen humor.
—A mí me gustaría vivir contigo, Alex —me mira de una manera tierna, con una linda sonrisa de lado.
Mierda, ya me convenció.
—Iré a guardar esto, mi amor. Ya regreso ¿Sí? —asiento y él se inclina para besar suavemente mis labios y se retira en dirección a las escaleras.
Comienzo a tocar otra melodía y siento como mis dedos se mueven automáticamente sin siquiera pensar mucho, ya estoy recordando, cierro mis ojos para sentir los acordes fluir naturalmente.
—Veo que aún no lo olvidas —mis dedos se tensan inmediatamente haciendo un extraño sonido agudo en el piano. Alexander se sienta a la par mía, donde Oliver estaba y sonríe levemente, siento la necesidad de apartarme, demasiada cercanía me incomoda, pero me contengo.
—¿Tu tampoco me dirás que le pasó a Stefanie? Porque yo no me creo eso de que se cayó y se rompió el labio. Vi tu muñeca vendada y sé que a ti te gusta golpear personas.
Frunzo el ceño de inmediato y siento mi pulso acelerarse.
—¿Enserio creerías que fui yo? —siento como la sangre recorre mis venas a toda velocidad.
—Alexandra...
—En mi vida le he tocado un pelo a Stefanie, y tú crees que soy capaz...
—Alex, basta —levanta su voz y voltea a ver alrededor esperando no haber llamado la atención de nadie pero todos están tan absortos por los chistes de la abuela que nadie al parecer ha escuchado algo, vuelve su mirada a mí —Yo jamás creería que golpeas a tu hermana, solo necesito saber si Evan estuvo tras todo esto.
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Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)
RomanceAlexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratada por fin como secretaria del presidente de una revista de prestigio a nivel internacional, Oliver Anderson, un joven apuesto de 25 años, Ol...