Bajo a la cocina, necesito beber algo para distraer mi mente, no puedo ni siquiera pensar claramente, es imposible olvidar los besos de Oliver y mucho más éste, deseara tirarme a la cama con él ¡Maldición Alex! ¿Qué estás pensando? Tomaré un baño de agua fría, sí, eso haré. Vierto un poco de jugo de naranja que encontré en la nevera dentro de un vaso de vidrio, armo mi celular o lo que queda de él, y no, no enciende, inhalo y exhalo, inhalo y exhalo. Lo mato.
—Alex ¿Estás bien? —la voz de la madre de Oliver me estremece, hace que la caja de jugo de naranja caiga sobre el piso, por suerte ya estaba cerrada.
Maldigo en mis adentros mientras recojo la caja.
—Si —contesto, con una sonrisa nerviosa —solo tengo un poco de dolor de cabeza —tomo un sorbo del jugo de naranja.
Nunu está bajo su brazo y parece muy quieto, conmigo no es quieto.
—Bueno, tengo aspirinas —dice, mientras pone el gato en el suelo, este se enreda con el gran blusón blanco que lleva la señora Anderson para dormir y me causa gracia pero mejor no río.
—Te has peleado con Oliver ¿Cierto? —la señora Anderson me mira a los ojos, con esa mirada azul tan profunda como la de Oliver.
—Creo que más que eso —digo, con la mirada pedida hacia algún lugar fijo en la cocina. Ella sonríe.
—Es normal, los pleitos en el matrimonio son parte de la vida diaria —comienza su sermón de madre, si le digo algo así a mi madre prepararía un discurso igual o incluso más dramático —pero siempre hay que buscar cómo arreglar esos problemas, ya regreso —dice, mientras se aleja por el pasillo que lleva a su habitación.
Sigo tomando mi jugo de naranja, mientras recuerdo ese beso con Oliver, una y otra vez mis manos sobre su torso regresan a mi mente, sus suaves manos acariciándome, ese beso apasionado, sus acostones con zorras y...... sus actos de celos.... ¿A qué quiere jugar?
La señora Anderson vuelve con su colección de películas románticas ¡Ah! ¡Genial! mejor no hubiese hablado nada de esto, resoplo otra vez procurando que ella no me mire, saca un disco de la pequeña caja y es algo que dice en la portada "Consejos Matrimoniales" porqué no se lo muestra a Oliver, él los necesita más.
—Siéntate aquí —enuncia, palmeando un lugar a la par de ella en el sillón enorme blanco con detalles dorados, en cuanto me siento me hundo ¡Ah! quiero este sillón para mí. La señora Anderson se acomoda de modo que yo me pueda acomodar con ella en su regazo, miramos relatos de matrimonios que han salido adelante... Pero mi matrimonio con Oliver no durará mucho tiempo ¿Porqué ver esto? Tal vez anteriormente lo hubiese querido intentar pero con esto de que se acueste con cualquier zorra, mejor no, soy feliz soltera, nadie me miente, nadie me engaña y nadie me romperá MI celular.
¡A la mierda que te rompan el corazón! Que rompan tu celular duele más.
La señora Anderson acaricia mi cabello, algo me hace pensar que ella siempre quiso una hija, bueno, mi madre siempre quiso un hijo, tal vez deberían cambiar, yo me dejo adoptar por los señores Anderson. Este momento digno de una madre e hija, nunca lo hubiese tenido con mi propia madre, mi madre nunca demostró tanto afecto conmigo, para ella mostrar afecto es:
"¿Qué horas de venir son estas muchacha? Me tenías preocupada, creí que te tenían secuestrada en Rusia"
Entre tantos pensamientos, me quedo dormida.
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La luz de la ventana golpea mi rostro ¡Ah! no lo soporto, abro mis ojos entrecerrándolos y cuando ya se acomodan a la luz me doy cuenta que estoy en el cuarto ¿Cómo es que estoy en el cuarto? Lo último que recuerdo es quedarme dormida con la señora Anderson. Llevo la misma ropa puesta que llevaba el dia anterior, por suerte, significa que no tengo que matar a nadie.
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Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)
RomanceAlexandra Carlin, es una chica recién graduada de la universidad, sin éxito en el campo laboral, es contratada por fin como secretaria del presidente de una revista de prestigio a nivel internacional, Oliver Anderson, un joven apuesto de 25 años, Ol...