One Shots (Camren)

El Diario

Lauren Jauregui solía escribir muchas cosas, principalmente en su diario, era como su mejor amigo desde que tenia 10 años. Pero lo que escribía no era lo típico que escribía toda chica, sobre si un chico la saludo ese día, o si había ganado un premio la mejor de la clase, o si le solían decir que era muy rara, no.

Ella escribía sobre una única persona, y no era un chico, mas bien una chica. Una chica complicada. Una chica solidaria y hermosa, muy hermosa para Lauren, pero también para otros.
Camila era su vecina desde hace unos años, cuando fue su fiesta de 10 años, la pequeña castaña llegaba con camiones de mudanza, asi que Lauren le preguntó a su papá si podía invitar a la niña nueva de la calle, su papá acepto de inmediato, pues sabia que su hija no solía hacer amigos con facilidad, y pensando que una nueva niña con la cual jugar seria su mejor amiga.

Pero años después se equivocó. Camila si era su amiga, pero no su MEJOR amiga, solían irse juntas a la escuela, pero en asientos alejados en el bus, solían comer en la cafetería pero a unas mesas alejadas, solían salir a jugar al parque que estaba por su calle pero Camila se juntaba con los otros chicos, y Lauren jugaba en los columpios, ella le temía a red para escalar donde los demás jugaban, tenia vértigo y no se atrevia.

Creyó que por esto, Camila prefirió a Chad en lugar de a ella, porque era una cobarde. ¿Desde los 10 años, enamorada de Camila? Lo descubrió tres años después, porque a los diez no sabes lo que es el amor, pero a los trece logras entenderlo poco a poco.

— Rápido Lauren, o llegaras tarde a tu primer día.— hablo su papá del otro lado de la puerta.

Hoy era su primer día de Preparatoria, con tan solo 16 años iría a ese lugar lleno de prejuicios y personas con las que no deberías hablar, palabras de su hermana.

Camila también iría a esa preparatoria, pero ella estaría con sus amigos y no con ella, comeria con sus amigos y no con ella, y besaría a su novio y no a ella.

Paul y Camila eran novios desde la secundaria, y aunque la ojiverde jamás haya dado su primer beso, quería y ansiaba besar a Camila cuando descubrió que le gustaba.

Se lo dijo a su papá y aunque sorprendido, no la juzgo y vaya que la apoyo, su padre decía que tarde o temprano la castaña se fijaría en su linda princesa. Lauren odiaba que la llamara así.

— Hola princesa.— saludo Camila cuando lldgo a su lado en la parada del bus que la llevaría.

Pero no odiaba cuando su amiga se lo decía, odiaba cuando sus mejillas se ponian rojas por las palabras.

— Hola Camila.— saludo apretando su agarre en su mochila y agachando la mirada, esperando a su padre quien la llevaría.

— Buena suerte hoy.— le sonrió y se despidió con la mano cuando su bus llego.

— Igu-igualmente.— se despidió de igual forma.

Su padre llegó minutos después y partieron rumbo a la preparatoria, al aparcar afuera, su padre la miro y hablo..

— No te preocupes por hoy, si no te sientes lista puedes llamar y estaré aquí en menos de cinco segundos.— le recordó

— Estaré bien papá. — asintio su pequeña.

— De acuerdo princesa, que tengas un buen día.— beso su sien y abrió la puerta

— Papá, no soy.....no soy una princesa.— dijo evitando que alguien la escuchara y se burlaran.

— Eres mi princesa.— le dijo feliz.

Lauren cerro la puerta y entro al gran edificio, busco su salón de clases y buscando algún asiento libre, quedando en el fondo al lado de una chica morena y otra muy pequeña.