A Salvo

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* No esperen Smut, sin embargo, sería genial que leyeran.

Estados Unidos estaba en guerra. Todos tenían pánico, necesitaban salir, y ayudar.

La empresa quería informar de inmediato y claramente, pero necesitaban la mejor ayuda posible, ellos no votaron por Trump, ellos ayudarían a quien lo necesitase, así sea arriesgar su propia vida.

Y eso hicieron: Lauren Jauregui, la mejor camarógrafa de la empresa, con Camila Cabello, titulo de Doctora, y con un gran corazón lleno de esperanza, sus amigas; Normani, compañera de Cabello y Dinah Jane, reportera.

Iban en el helicóptero que las llevaría a Siria, donde su representante estaba haciendo una masacre; el holocausto. Necesitaban sacarlos de ahí, y ya que su país era el causante, tenían que hacerlo.

— Permiso para aterrizar.— informo el piloto, las chicas bajaron rápidamente, el copiloto ayudó con las cosas importantes de Camila y Normani, todo lo necesario, y Lauren solo llevaba su cámara y el micrófono de Dinah.

— ¡Necesito entrar!.— grito Camila, señalando el edificio a medio caer.

Lauren asintió y la siguió, comenzando a filmar, Dinah venía detrás. Llegaron a un pasillo a tope de humo, tuvieron que ponerse mascarillas, encontraron cinco doctores más pero por desgracia no entendían su idioma.

Normani empezó sacando las cosas de la gran maleta que traían, mientras Camila hacia su trabajo; Dinah hacia el suyo con Lauren.

— Esto definitivamente no es lo que queríamos cuando muchos de ustedes votaron por su presidente.— hablo Dinah a la cámara.

— ¡Normani!.— llamo Camila, tenia un bebe en brazos, su rostro estaba manchado de tierra y un liquido negro.

— Espero que después de esto estén arrepintiéndose en sus casas, no es lo que les gustaría para sus hijos. Estos niños no tienen la culpa de nada, y sin embargo no es lo que le interesa a Trump. La ambición y el poder es lo que predomina y ustedes lo toman como justicia cuando se trata de una masacre. Deseo que estén en mi lugar.— una lagrima caía por su mejilla.

— Corta Lauren.— pidió Camila.

Tres doctores más llegaron con niños y bebes, le entraron uno a Camila y otro a Normani, el niño que tenia la castaña no tenia ni los cuatro años, y el pequeño se aferraba fuertemente a su camisa.

— Vamos cariño, necesito quitarte esto.— pidió amablemente, evitando asustarlo.

— ¡Tenemos que irnos de aquí!.— grito Lauren.

Afuera se escuchaban los gritos de terror, un zumbido que les taladraban los oídos, sus ojos se abrieron en alerta y pánico, Camila tomo en brazos al niño y todo lo que pudo con la otras mano.

Normani hizo lo mismo, los demás doctores salían con niños colgados a ellos, ellos lloraban sin cesar. Dinah y Lauren también lo hicieron, a la polinesia poco le importo su micrófono, todos salían corriendo, las calles eran escombros y nada más.

— ¡Por ahí!.— señalo Lauren, era un viejo edificio alejado, todavía de pie.

Todos entraron ahí, los bebes no paraban de llorar y gimotear, respiraban con dificultad y se retorcían del dolor. Las chicas no querían llorar, este era su trabajo.

Un doctor intento comunicarse con ellas, por suerte entendieron las señas, tuvieron que seguirlo.

Caminaron...o más bien corrieron un gran tramo de la ciudad, y llegaron a las afueras, unas carpas estaban levantadas, dentro habían personas en camillas con vendajes en sus cuerpos mientras eran consumidos por el dolor.

One Shots (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora