Te Escucho.

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Nuevamente, no esperen Smut, sin embargo les encantará.

Lauren Jauregui era una adolescente de 17 años, cursando el segundo año de preparatoria con su única y mejor amiga Allyson Brooke.

Lamentablemente les informo que ella tuvo un accidente a los catorce años donde por desgracia perdió el sentido del oído. Ella no escucha absolutamente nada, ni los pájaros cantando por las mañas, las olas romper en la costa o las tormentas en los inviernos.

Ella aprendió el lenguaje de señas a los catorce años, tres meses después del accidente. Sus padres la apoyaron todo su transcurso, viéndola llorar, gitar, auto lesionarse y hasta odiar su vida. Sin embargo, su mejor amiga de la infancia y única que se quedó a su lado fue Ally, una chica unos centímetros más pequeña que ella, con el cabello medio rubio y un gran carisma.

Por otro lado tenemos a Camila Cabello, una chica de 17 años recién cumplidos y en el mismo curso que Lauren. Ella tenia un gran crush con la ojiverde, cuando pasaba por los pasillos un suspiro inconsciente escapaba de sus labios. Y sus ojos no se despegaban de la melena oscura y esos malditos ojos verdes que si fuese por ella, estaría muerta por las intensidad.

— Si la sigues viendo tendrás pesadillas.— la despabilo su amiga alta Dinah.

— ¿Como podría tener pesadillas con ella? Es hermosa.— y suspiro otra ves.

— ¿Porque no hablas con ella? Siempre la veo sola y viven cerca.— decía Dinah cerrando su casillero.— A demás, no es tan linda, tiene esos dientes que no lo se, y su cabello en forma de V en la frente....y los ojos verdes, en lo personal no me gustan.— decía defectos de la ojiverde, que para Camila eran los más preciosos detalles que le encantaban.

— Claro, a ti sólo te gustan unos ojos marrones.— bufo Camila.— que por cierto ahí viene.

Una morena no más alta que Dinah, con risos en su cabello y muy poco maquillaje, llegaba casi corriendo hacia la polinesia. La alta sonrió alegremente y extendió sus brazos, recibiendo a su novia entre ellos y abrazándola.

— Te extrañe tanto tanto tantoooo.— canturreo en su mejilla. La morena se separo y comenzó a dejar beso tras beso en sus labios riendo entre ellos.

— Yo te extrañe más mi dulce chocolate.— respondió Dinah con voz acaramelada.

— Ugh, ustedes me dan asco.— las interrumpió Camila con una. mueca de asco.

— Cuando tu hablas de Jauregui nosotras soportamos cada palabrita cursi que dices y como haces poemas sobre ella.

— Ella es muy diferente.

— Es igual a nosotras.

— Pero con una sola diferencia.-— respondió triste.

— El que sea sorda, no significa que es inalcanzable.— murmuro Normani, pasando un brazo por el cuello de su novia.

— Es imposible hablar con ella, no se como hacerlo. ¿Que se supone que haré? No se el lenguaje de señas.— se lamentaba golpeando su frente levemente con su libreta.

— Puedes aprenderlo como Ally, ella ayudo mucho a Jauregui según escuche por ahí.— decía Normani mirando sus uñas recién pintadas.

— ¿Donde lo aprenderé?

— En línea, hay páginas que te enseñan muy bien.— agrego Dinah, caminando de la mano hasta la cafetería.

— No lo sé, tal ves no lo haré bien.— negaba frustrada.

— Intentalo Mila, quizá y puedas tener una conversación no-verbal con ella.

Un mes después Camila aprendía sobre cómo saludar y principalmente elogiarla, le resulto difícil al principio, pero logro formar algunas frases. Hoy intentaría acercarse a la ojiverde.

One Shots (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora