Gansgters

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Era un 10 de Marzo de 2010, una mujer cargaba a su bebé que no dejaba de llorar mientras la fila avanzaba en el banco de la ciudad. Un hombre regordete se estaba cansando de estar de pie, sumando el hecho de que sudaba a mares y el olor que desprendía alejaba a las personas detrás de él.

Las cajeras hacían lo posible por avanzar más rápido, ellas también necesitaban un descanso y disfrutar del día soleado.

Dos chicas estaban aparcadas afuera del banco, su mejor amigo les había conseguido lo necesario para hacer su trabajo. Pensaban escapar lejos de Estados Unidos con ayuda del chico, pero debían hacer esto para lograrlo, y debía ser perfecto.

— Todo saldrá bien bebé, deja de temblar.— decía la joven ojiverde, preparando su traje.

— No puedo creer que esté haciendo esto otra ves. La tienda de servicio fue fácil, las tiendas locales también....¿peero un banco?.— repetía nerviosa, abrochando el cinturón de su pantalón. 

— Escucha Camz...— tomo las mejillas de su novia.— Cuando esto haya terminado, valdrá la pena...lo prometo amor. Nos iremos a Bora Bora y seremos felices lejos de esta mierda.— beso tiernamente sus labios para calmar a la chica.

Lauren le dio el pasa-montañas y asintió, tomando las armas de los asientos traseros. La camioneta debía tener incluso las llaves puestas y sin seguro, para huir lo más rápido posible sin ser alcanzadas.

Salieron de la camioneta y entraron al banco del centro de la ciudad.

— No se atrevan a hacer una estupidez. — Apunto la ojiverde a las cajeras mientras la caastaña lo hacia hacia las demás personas.

— Hacia atrás, abajo y no se muevan.— indicaba Camila a las personas, que iban con las manos arriba y caminando hacia donde decía la castaña.

El bebé comenzó a llorar más alto y Camila se puso nerviosa, ella no quería herir a nadie, y mucho menos a un bebé.

— Sus celulares aquí, todos.— hablo la castaña arrojando un saco hacia ellos.

— ¡Alto ahí rubia!.— grito Lauren, apunto hacia una mujer alta de tacones que pretendía correr.— Ve con ellos.— señalo a los rehenes.

— Laur.— susurro la castaña a su novia.

— Llena las bolsas.— aventó sus cosas a la cajera de mayor edad. Asustando la y provancando un sollozo.— ¡Llena la putas bolsas!.

— Laur.— susurro acercándose a ella.— Por favor.

— Tranquila.— hacían lo posible por no joderla, decir su nombre o alguna referencia.

— Aquí tiene.— murmuro la anciana, terminando de vaciar las cajas.

— Ahora.....si alguien intenta llamar a la policía, visitara a mi padre en el infierno.— dijo duramente, caminando lentamente hacia atrás, Camila seguía apuntando con el arma.

Al salir completamente arrojaron las bolsas y las armas a la parte trasera y subieron. Tan solo a dos cuadras las sirenas de las patrullas ya se escuchaban cerca, Lauren acelero mientras conducía por las calles. Tenían una meta e iban a cumplirla.

— Mierda Lauren.— maldecía la castaña, observando cada segundo por los espejos laterales.

— Primero los perdemos.....después al puerto.— manejaba sin despegar la vista de las calles.

Bobby les dijo que habría un bote justo en el puerto, escogió uno muy parecido al que uso James Bond para huir. Ese chico er fanático, la ojiverde debía seguir y no frenar, se paso más de cuatro altos y condujo por una calle en sentido contrario.

One Shots (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora