Una Dirección. One Direction.

Capitulo. 30

Ok Max, ella se quedara en mi casa, mañana, piénsalo –mi tío insistió en que debía avisarle a mi papa que me quedaría con él, hasta que me calmara, pero yo no quería hablar con él, no tenía ganas, veía el suelo, tan blanco como el marfil, Eleonor acariciaba mi espalda, pero yo quería a Deya, la quería con migo, aunque me haya lastimado, joder no me importa mi maldito orgullo, mentira, no necesito de ella, ella me traiciono, vete a la mierda Deyanira. Sentí como mi celular vibraba, se me había olvidado por completo, lo saque de mi bolsillo, milagrosamente está seco, la pantalla decía, niall llamando, sonreí, mis ojos se inundaron de lagrimas y apague mi celular, el orgullo le gano a el amor, solo espero que lo que eh decidido sea correcto, no llorare mas, Eleonor toma mi celular, yo se lo intento quitar pero estoy muy débil para lograrlo, lo enciende y llama.

Si, ella está bien, no lo sé –me giro a ver, sus ojos marrones me preguntaban si quería hablar con él, si quiero, pero mi orgullo no me deja- habla.

____ -escucho la voz de niall- te amo –esas dos palabras, me hicieron sonreír, no era necesario decir más, él sabía que yo necesitaba escuchar eso, siempre ha sabido que necesito escuchar, debería estar enojada el está con Madi.

Joder –grite, necesitaba gritarlo- te odio, te odio vete con Madi, váyanse tu y Deya a la mierda, no me engañaran otra vez con palabras dulces, maldita sea no soy estúpida.

Pequeña… -escuche un sollozo, eso me destrozo.

Cuelga –le dije a Eleonor ella me miro con ternura, quito el alta voz, dijo algo en voz baja y colgó.

____ -dijo Louis- no llores, las princesas no lloran.

Joder no soy una princesa, una princesa no se acostaría con su tío, ni con su entrenador, ni con el novio de su hermana, ni con su chofer, ni con… -no podía terminar la frase quería terminarla

Se nota que aquel chico te quiere en serio –escuche a Louis me sorprendí.

_____ yo no soy la persona más indicada para aconsejarte –dijo sentándose a mi lado- ni te conozco del todo bien pero la única que decidirá si ser feliz o no eres tú, nada mas tu linda.

Eleonor tiene razón pequeña –Louis me tomo de las manos, con ternura, sonreí, esto es nuevo, el cariño, ver aquel trato de tío a sobrina- tu sabrás que hacer. Asentí, me levante, debía ir a la casa de Harry, debía decirle lo de mi papa, advertirle- ¿Dónde vas? 

Debo ir a la casa de un amigo –respondí, el frunció el seño, Eleonor rio.

Ve pero debes regresar le dije a Max que te quedarías aquí –asentí y salí, caminaba rumbo a la casa de Harry, mi cabeza estaba en blanco no quiero pensar en nada, en nadie, camine un largo rato pero por fin llegue a la casa Styles, toque el timbre, espero unos minutos una señora me abrió.

Hola, ¿se encuentra Harry? –dije educadamente.

Si señorita –contesto de igual manera, se hiso un lado y me dejo pasar- ¿Cuál es su nombre?

____ Black –conteste, ella subió, pasaron cinco minutos y el ojos verdes bajo con una gran sonrisa- hola.

Hola señorita –dijo acercándose a mí y me beso, yo lo aparte de mi, su aliento tenia olor y sabor a cerveza, hice una mueca de asco.

Harry estas borracho –lo acuse, el me acerco a él y me volvió a besar pero ahora puso una mano en mi nuca para evitar mi huida, forceje pero me fue imposible separarme, el apretó mi trasero, gemí en su boca, sentí como su pene despertaba, me excite, sentir su miembro en mi entrada, por encima de la ropa, me excito, rodee mis brazos por su cuello y ahora yo lleve el control, enrosque mis piernas en sus caderas, el me sujeto fuerte- Harry –gemí.

Te hare gritar –me aventó al sofá, rompió mi blusa después empezó a besar mis senos por encima del brasear- disfrutaremos –dijo rosándose con migo, no podía evitar gemir de puro placer.

Dios sigue –grite- follame –pedí el no lo dudo me quito lo que me quedaba de ropa, dejándome desnuda ante su mirada, me tape, por instinto, extraño, yo nunca me eh avergonzado de mi cuerpo pero la mirada de Harry me intimido, el sonrió.

Eres hermosa –dijo y me beso, destapándome, el se quito de mi encima, me cargo como recién casados, subió las escaleras, entramos a su, me imagino que es su recamara, me recostó con subida, como si fuera a romperme- te are el amor –susurro en mi oído, me erice.