Una Dirección. One Direction.

Capitulo 38.

Abrí los ojos al sentir que me lamian el rostro, cuando por fin se aclaro bien mi vista me di cuenta que el lamedor de rostros era Baylor, el cachorrito que Harry me regalo hace ya seis meses, el seguía lamiéndome la cara sin importarle que ya me había despertado.

Baylor –grite él se asusto tirándose para a tras, cayendo en la suave cama color lila, el chillo, me levante, lo tome en brazos y acaricie la suave melena de mi pequeño maltees, el ladro con fuerza, y empezó a llorar- ¿quieres ir a pasear? –le pregunte aunque sabía que eso es lo que él quería y busaca de mi, salir un rato por las calles, el se levanto, caminando por la cama, sentó su trasero y limpiándolo, solté una carcajada, esa imagen me causo gracia, lo volví a tomar en brazos y salí con él a la calle. Caminábamos los dos uno junto al otro, el viento chocaba en mi cara, una sensación de miedo entro a mi alma, unas ganas de detenerme, un mal presentimiento, me quería detener pero mis piernas no me obedecían, mi perrito se detuvo por un instante yo jale fuerte de su correa para que caminara, quería detenerme y al mismo tiempo no. Un gato paso frente a nosotros y Baylor como cualquier perro normal arranco a correr tras él con tanta fuerza que no pude agarrar de él para que no corriera, salí corriendo tras él, corrí rápido pero sentía como si estuviera en cámara lenta, como si cada movimiento me cansara, corría tras Baylor lo vi cruzar la calle tras la pequeña bolita de pelos negra, escuche los frenos de un auto, Baylor se detuvo frente a este, corrí mas rápido y me tire a su recate, sentí un golpe tras un maldición del automovilista, todo se volvió negro.

No tengas miedo –susurro Niall en mi oído con ternura, era un día lluvioso, los relámpagos retumbaban con fuerza, yo le tengo miedo a los relámpagos, pensaba que eran dragones malos que me lastimarían, que me llevarían a una torre alta, eso sentía, niall me protegía, me hacía sentir protección entre sus brazos, me siento en casa- yo te cuidare princesa.

Eres mi caballero –susurre con la inocencia de niña de cinco años que tenia- y lucharas con ese dragón que ruge en el cielo –dije apuntando hacia la ventana, un estruendo, me apegue mas a él con miedo.

De todos los dragones que no te dejen ser feliz mi princesa –contesto- pero prométeme que serás mi novia cuando seamos grandes –me sonroje Niall siempre me decía eso, pero yo así quería que fuera.

Las princesas siempre se casan con los caballeros –le conté- mi mami dice que así es, tu eres el caballero –lo apunte- yo la princesa –le bese la mejilla- y seremos felices por siempre amor.

____ -escuche una voz pero no pude reconocerla- ¿estás bien? –me pregunto un joven de ojos verdes y cabello rizado, completamente extraño, con un rostro preocupado y los ojos rojos. Intente recordarlo, de algún lado lo eh visto, no lo sé, un dolor en la cabeza fue lo único que conseguí.

¿Quién eres? –pregunte con miedo.

FIN.