Epístolas a mi Mariafé

Epístola 12 - LA BELLEZA

Hijita de mi corazón, siempre  que te lo digo, me emociono pues lo digo sintiendo lo que expreso porque naciste en lo profundo de mi corazón.

Uno de los aspectos por los que muchas mujeres se afanan demasiado encierra una palabra sencilla y profunda : la belleza, quizá alguien te lo diga y claro escucharás muchas veces halagos, piropos o lisonjas sin embargo tienes que saber recibir esto con diligencia.

La belleza está definida como ese algo que provoca placer sensorial lo  más usual se da en el aspecto visual y auditivo.

Imagínate por un momento perder la vista y el oído; no podrías contemplar lo bello ni disfrutar de una melodía armónica. Sin embargo aun así podrías disfrutar y sentir la belleza con el corazón.

Para algunos la belleza es subjetiva , es decir depende de la percepción de cada uno , lo que para alguien puede ser bello para otro no lo es.

La otra tendencia con respecto a la belleza es que ésta es objetiva ya que se establece por cánones o estereotipos.

La primera parece ser más aceptable , ya que posee en sí misma libertad pues cada uno ve y descubre belleza de acuerdo a su punto de vista, interés o percepción.

Teniendo en cuenta lo objetivo se dice que lo estético es bello por ejemplo en cuanto a la proporción física, color de piel , etc.

Algunos dicen que la mujer rubia es símbolo de belleza sin embargo es porque ello se aplica en los lugares donde es poco común ver a una rubia.

Donde sea normal lo rubio ya no se hace atractivo o los ojos claros u oscuros depende de lo contextual, en este caso se aprecia a algo que no es muy común.

Quiero partir de esa premisa y fundamentar que la belleza no es algo que Dios haya repartido de manera desproporcional sino que la carencia  está en la poca aceptación y  autoestima que cada uno tiene de sí mismo (a) .

Todos tenemos belleza y esto no tiene que ver con lo que los demás perciban sino que  esto emerge en uno mismo, en encontrarse bello o bella y  convencerse de ello para proyectarlo a los demás. Si te sientes bella vas a transmitirlo a los que te rodean siempre.

No depende de cuántos chicos te lo digan; el que realmente te ame encontrará la belleza que los demás no pueden percibir y no es lo físico lo que debe primar, sino la belleza de tu alma, esa que te dio Dios.

Recuerda que fuimos creados a su imagen y semejanza y si consideramos la premisa de que Dios es espíritu entonces la belleza no es física sino espiritual.

Lo físico es sólo el envoltorio, algo así como la cáscara y no olvides que lo físico se desgasta y degrada a través del tiempo mientras lo que perdura siempre y se mantiene así es lo espiritual, porque Dios no ve lo exterior sino lo que tienes dentro.

Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.
1 Samuel 16:7

Tú que tanto te preocupas por tu estatura esto te debe llenar de gozo mi pequeña.

Eres bella, muy bella, porque eres hija de Dios y también mi hija adorada; podría destacar tu belleza física pero sonará a encomios sin sentido; además no me darán crédito ya que se dice que para todo padre, todos sus hijos o hijas son bellos.

Aunque yo en verdad prefiero que sigas cultivando tu belleza espiritual esa que te hace inconfundible, única y encantadora.

Recuerda : Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Proverbios 31:30

Nunca permitas que alguien te diga lo contrario y si alguien lo dice, osea dice que no eres bella, en ti está creer a esa voz o a la de Dios que te dice que eres su hija, su imagen y semejanza, la niña de sus ojos.

Yo podría escribir libros y libros describiendo tu belleza esa que me dibuja una sonrisa en mi rostro y me impulsa a un suspiro lento y profundo, cuando te contemplo, mi bella princesita, mi dulce Mariafé. sólo deseo con todo mi corazón que Dios haga resplandecer su rostro en ti.

Que Dios te bendiga.

Tu papito