Epístola 25 - LA DECISIÓN

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Mi querida Mariafé, mi princesita del ébano, esta es la última epístola que te escribiré y me da un poco de tristeza, claro no me despido de ti porque pese a las circunstancias siempre estuvimos unidos.

Terminamos un ciclo de 25 lecciones y yo espero que leas cada epístola no una sino varias veces y lo asimiles y pongas en práctica cada consejo para que vayas madurando cada vez más.

Todo depende de ti y de lo que te propongas a hacer por eso hoy la temática va en torno a eso : la decisión.

Cuando decimos que algo es decisivo se dice así por su naturaleza determinante. La decisión por su esencia se considera una determinación definitiva, es el primer paso antes de hacer algo que consideramos importante.
Nace de una profunda reflexión, algunas veces de una obediencia a a esa voz que siempre nos guía algunos le llaman conciencia, intuición, ángelito yo prefiero creer que es Dios.
A diario tomamos decisiones sencillas, complicadas, dolorosas, tardías, apresuradas y asertivas como erróneas.
Hay algunos aspectos en los que tienes que esperar a tener cierta edad para decidir por lo que normalmente decidirán por ti, en este caso tus padres que son los que por la experiencia y el amor que te tienen siempre pensarán en lo mejor para ti, aunque algunas veces no estés de acuerdo; solo con el tiempo entenderás esas decisiones al ver los frutos o consecuencias en tu vida.
Yo creo, hijita mía, que las decisiones más importantes en tu vida, y siempre me han gustado la simbología de 3, precisamente son : en quién creer, (1) qué carrera estudiar (2) y con quién te casarás (3).
La primera decisión y la más importante es sobre tu FE, hablamos sobre eso en varias ocasiones, incluso he tratado en este primer epistolario sobre ello; lo tienes que hacer tú, nadie te puede influir en esa decisión.

Uno de los "errores" de algunos padres está en que ellos condicionen y obliguen a los hijos a seguir determinada religión.
Es cierto que su deber como padres es encaminar a sus hijos en el camino que, según ellos, es el correcto; sin embargo cuando el niño ya tiene uso de razón o ya puede decidir, debería tener la libertad de tomar una decisión, seguir esa misma doctrina de sus padres o la que crea más conveniente para su vida.
Es más grave e incómodo cuando te ponen en un colegio religioso y por una calificación o sanción te obligan no solo a asistir a cultos o ceremonias religiosas sino a recibir y participar de "sacramentos". No hay libertad de credo, incluso todavía se ve marginación y hostigamiento por causa de que la fe no sea acorde a lo de la "mayoría", en tu caso es la católica, la más influyente e imponente.

Espero que en algún momento puedas tomar una decisión y sea sin ninguna presión, sea lo que sea me hará feliz que sea tu propia decisión y respetaré tu convicción.

Lo segundo también lo tratamos y en algún momento decidirás sobre tu vocación, imagina que a eso te dedicarás toda tu vida pero esto te llenará de una satisfacción que no tiene que ver con lo económico ni lo social.

Finalmente decidirás con quién compartir tu vida , esto tampoco es menor, hoy en día se cree poco en el matrimonio y en una familia constituida,pero sabes una cosa lleva a la otra la primera decisión será vital para las otras dos, allí comenzará todo.

Así que nuestras decisiones determinan el curso de nuestras vidas, todos los días tomamos decisiones desde cómo vestirnos, qué comer, qué amigos tener y qué hacer.
Ese libre albedrío que tenemos nos permite decidir entre lo bueno y lo malo y todos debemos responsables de nuestros actos y no estar echando la culpa a otros de cada error que cometemos, porque somos nosotros los que tomamos la decisión en cada momento, como dicen por ahí : "nadie te puso una pistola en la sien y te obligó a hacer algo " Aquí hay un texto que nos recuerda sobre la importancia de decidir y escoger hacer lo correcto :

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;
Deuteronomio 30:19

Hijita de mi corazón, que Dios te dé sabiduría , para guiarte a tu decisión más importante que es Recibir a Jesús en tu corazón, no es ninguna religión, es algo más que una creencia es la salvación de tu alma.

Gracias por tu docilidad, por enseñarme a ser padre, por tu ternura y comprensión, eres la gran bendición que Dios me ha dado.

Te quiero y te extraño mucho.

Tu papito .

Epístolas a mi MariaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora