Capítulo 2: Chica problemas.

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Lucy.

— ¿¡Estás ciega o tus neuronas te fallan!? —exclamo enojada.

Daniela parece no importarle hasta incluso se ríe y sonríe de una manera tan cínica como si no hubiese movido ni un sólo dedo. Si antes la odiaba, imagínense ahora.

— Oh, calmate, muñeca... Esa blusa no cuesta nada —dice sonriendome cínicamente.

— ¿Nada? Cuesta más que los implantes de senos que te hiciste —digo fulminandola con la mirada.

No vamos a mentir. Daniela hace dos años, quería hasta tal punto de hostigar a sus padres para que le pagaran un cirujano y así tener senos más voluptuosos. Todos saben esto, además era muy sospechoso que de la noche a la mañana haya aparecido en el instituto bastante cambiada en esa zona de su cuerpo.

Ella abre su boca ofendida.

— ¿Cómo te atreves a decirme eso? ¡Mis senos son naturales! —dice haciéndome reír.

— Por favor, no estamos aquí para hacernos las comediantes, todos en el instituto saben que ni siquiera tu tono de cabello es natural —digo elevando mis cejas—. Así que no finjas que no es así.

Paso por su lado chocando su hombro. Aunque tuviera mi blusa totalmente manchada con helado de fresa no le haré nada a Daniela, el karma se hará cargo de ella.

— No sólo porque Nick me haya preferido a mí antes que a ti significa que puedes mentir sobre mí —dice—. Vamos, cariño, admite que soy mejor que tú.

Me doy vuelta y me acerco lentamente hacia ella sin dejar de mirarla. ¿Mejor que mi? No lo creo, dudo que Nick se haya involucrado con Daniela porque la ame. Y si es así, hizo exactamente lo mismo conmigo. Agh, es un patán.

— No admitiré nada porque no es cierto, si Nick te quiso a ti es porque sólo eres una cara bonita con un cuerpo perfecto... Pero que en verdad te ame, no lo creo —digo negando con mi cabeza—. Te crees la gran cosa, pero créeme que a mi no me llegas ni a los talones.

Se que en esta ocasión mi ego subió a las nubes pero no dejaría que Daniela me haga quedar como una basura. Después de lo sucedido con Nick, no dejaré que me haga sentir el hazme reír de nuevo. Nuevamente su aguda voz me interrumpe.

— ¿Sabes? Algo bueno de mi es que no tengo pelos en la lengua y puedo decirte todo lo que pienso sobre ti, después de todo lo que Nick te hizo siento lástima por ti —sonríe falsamente—. Su amor hacía ti era falso.

Rodé los ojos riendome.

— ¿Ah, sí? Pues, si no tienes pelos en la lengua... ¿Podrías tener ojos en la cara? Para que no andes tropezando por la vida —la miro burlándome mientras señalo mi blusa.

—En mi defensa, pequeña Lu, tú te atravesaste —sonríe.

— No es mi culpa que tu cabello sea tan pajoso hasta tal punto de confundirte con una escoba —le devuelvo la sonrisa.

— ¿Perdón? —eleva sus cejas.

— Perdonada.

Me doy media vuelta para irme donde mis amigas quienes se deben preguntar porqué estoy tardando pero siento que algo me jala del cabello impidiéndome avanzar. Corrección, Daniela me jala el cabello.

— ¡Sueltame! —exclamo.

Empiezo a agarrar sus mechones de su cabello rubio para jalarlos fuertemente. Ella chillaba de dolor mientras que yo disfrutaba oirla sufrir aunque ella jalara del mío. Unas manos se posan en mi cintura alejándome de ella.

Escuadrón Anti-Chicos© (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora