Capítulo 20: Tiempo de hablar.

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Abby.

— Suficiente —Steve se pone de pie mirando a todos mal, para luego posar su mirada en mi.— Abby, nos vamos. Andando.

¿Qué? ¿Nos vamos? Oh que mal, ya pensaba en mudarme a esta casa.

Sonrío levemente en disculpa y me levanto de la mesa para acompañar a Steve hacia la puerta, pero antes de salir Luke me detiene.

— Mandale mis saludos a Ann ¿Sí? —sonríe a lo que asiento lentamente.

Los padres de Steve y sus abuelos se despiden de mi pidiéndome disculpas por el mal rato que pasé aquí, aunque para ser honesta fue muy divertido estar y convivir con ellos al menos por dos horas. Zoey quien prácticamente me rogó que no me fuera se aferró a mi cintura impidiendome ir, por poco se tiraba al suelo y me sujetaba la pierna. Le prometí que la visitaría luego o que ella me visitara a mi.

— Hasta luego, Abby —me dijeron todos al unisono.

— Adiós, gracias.

Salí de casa donde el Mayordomo me acompañó a la puerta, al salir Steve estaba apoyado en su auto con su ceño fruncido y cruzado de brazos sobre su pecho. Al parecer se ha molestado. Me acerqué a él sonriendo para que su expresión cambiara y me diversión se le contagiara, pero no funcionó en lo absoluto.

— ¿Ya nos vamos? —arquea una ceja y asiento.

Nos subimos al auto, y como al principio cuando vinimos aquí, estuvimos en silencio. Pero no por mucho tiempo al notar que por el camino que íbamos no era el mismo hacia mi casa, el cual me dejó confundida, ¿Va a raptarme? Ay por favor, ¿Tan enojado quedó que ahora quiere raptarme para luego asesinarme?

— Eh... Este no es el camino a mi casa —lo miro juntando mis cejas. Viendo al mismo tiempo por la ventana buscando donde caeré si es que Steve en verdad planea raptarme.

— Iremos a otra parte —responde sin verme.

Te llevará a un motel.

Lo miro confundida por lo que opto por mirar por la ventana otra vez, podría apostar que eras las nueve de la noche. Por la cantidad de estrellas que había en el cielo y por la fuerza que soplaba el viento a estas horas.

De reojo mire cómo Steve traía aun ese ceño fruncido en su rostro, de verdad se había molestado, ¿Pero por qué? Yo no le iba a preguntar que le pasaba, si él quería contarme que lo haga, porque si no después quedo como una entrometida. Además todas las cosas que su familia dijo eran muy divertidas, yo no me enojaría, es un bullying familiar. Todos lo hacen, ¿No?

Puedo ver que estabamos subiendo una colina con muchas luces a su alrededor y árboles. Creo reconocer este lugar. Me asomé por la ventana y efectivamente nos estábamos acercando al mirador, donde se puede apreciar la ciudad entera. Y creanme que de noche que mucho mejor.

Aunque me incomoda ir a ese lugar con un chico, siempre he ido con mis amigas por el hecho de que muchos adolescentes de nuestra edad van exclusivamente a tener relaciones sexuales ahí o a sus citas. Es prácticamente un lugar privado como un motel o un restaurante pero gratis. Yo nunca he venido aquí con ese propósito, ni nunca lo haría.

Así que por eso me pregunto porqué Steve me trajo para acá, no me habrá traído con ese propósito de tener una velada intima para nosotros... ¿O sí?

Al estacionarnos junto a un auto que no puedo identificar el color ni siquiera el modelo de aquel gracias a la poca luz que existe en el lugar ¿Ven? Les dije que aquí vienen para tener relaciones. Que estúpido.

Escuadrón Anti-Chicos© (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora