Pensaste que no te superaría. Susurraste en mi oído "no vales la pena". Dejaste una pequeña nota con seis palabras: «sin mí eres nadie, eres nada». Tu última dedicatoria fue: "tu vida será un infierno".
No sé si te equivocas, pero lo descubriré en m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Él
¿Cómo es posible depender tanto de una persona? No quiero comer, dormir ni vivir sin ti. ¿Por qué lo hiciste? Me has destruido por completo. Era un hombre que soñaba despierto, estaba formando un futuro contigo, ¡teníamos planes! Ahora parezco la típica mujer despechada salida de la televisión. ¿Será qué si compro helado y veo películas románticas te superaré? No, no creo que lo del romanticismo me funcione. Tal vez si es acción, sí. Iré por mucho helado, aunque parezca un vagabundo.
Antes de salir del apartamento me he visto al espejo.
«¿Podría verme peor?», pensé.
Maldije por lo bajo con rencor brotando en cada sílaba y me abalancé a la cama para volver a leer tu nota.
─Sin mí, no eres nadie, no eres nada ─leí en voz baja.
Una lágrima se escapa por mi mejilla. Quema y lastima.
Seguro me veo patético: llorando por una mujer por la que me desvelé cuando se enfermaba, por una mujer a la que ayudé con sus estudios. Una persona por la que trabajé para que nada le faltara. Una fémina a la que ayudé a cumplir muchos sueños ignorando los míos.
Una mujer, eso es lo que es, solo una mujer. Pero es la que me ha abandonado sin una pizca de pudor, de rencor, ni remordimiento.
La mujer que me ha destruido.
Me ha roto en mil pedazos, sin tapujos ni miramientos.
El llanto se vuelve mi compañía, hasta sentir que no podré soltar una lágrima más; el ardor en mis mejillas quema como el sol en el desierto, soy una ruina. El llanto, leí algunas vez que este desafía toda explicación científica; las lágrimas sólo sirven para lubricar los ojos. No hay ninguna razón real para que las glándulas lacrimales produzcan lágrimas en exceso a causa de alguna emoción. Pero soy un luchador, desafío a la ciencia.
Observar el techo de mi habitación se ha vuelto mi calma, mi calvario. Ahora era solo eso, mi inhóspita, fría y solitaria habitación. No sé cuál es mi sentir, me desconozco.
