24: Amistad

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24. Amistad

No hay nada más valioso que la amistad, no hay nada mejor que encontrar a una persona con la que puedas compartir tus mejores y peores momentos a quien puedas acudir siempre que lo necesites.

Los amigos siempre estarán ahí, eso si hay que saberlos escoger con cuidado, es imprescindible saber en quien se puede confiar en quién no. Para Alex la amistad era algo demasiado sobre valorado en su vida ya que había conocido a cientos de personas que hacían llamarse sus amigos durante su carrera, pero cuando el accidente ocurrió y su fama comenzó a esfumarse se dio cuenta de la falsedad que la rodeaba. Ninguno de aquellos supuestos amigos había acudido al hospital a visitarla, nadie se había acercado y fue así como comprendió lo sola que estaba, claro a excepción de Anthony, él era el único que se había quedado a su lado y quizás en ese momento era lo único que importaba.

Los amigos se los cuenta con los dedos de la mano y para la modelo era mejor tener a una sola persona leal que a cientos a su alrededor fingiendo.

*

Como era costumbre Alex se encontraba en su habitación, estaba recostada en su cama con las cobijas cubriendo su rostro, el sol como siempre entraba y por primera vez en meses deseaba dormir un poco más.

La noche anterior realmente había descansado, afortunadamente las pesadillas habían desaparecido al menos por unas horas y había conseguido conciliar el sueño por más de unas cuantas horas.

Era un pequeño avance pero en aquel momento cualquier pequeño paso era de vital importancia para su recuperación.

― Despierta dormilona ― escucho claramente su voz. Y de inmediato salió de entre las cobijas para mirar a Natalia quien se encontraba justo frente a ella.

― ¿Naty? ― dijo aun un tanto adormilada.

― Obvio ― sonrió y se acercó más a la cama ― ¿Cómo dormiste?

― Acostada ― murmuro queriendo volver a dormir.

― Alguien se levantó con buen humor esta mañana ― sonrió.

Alex solo le devolvió la sonrisa y tomo su mano, acaricio sus nudillos manteniendo la mirada fija en la ventana de la habitación.

― Me da gusto que estés aquí ― dijo sinceramente, la había extrañado no podía negarlo y ahora tenerla cerca era un gran alivio.

― A mí también, al final pudieron arreglar el auto más rápido de lo que creí.

El silencio no era incomodo de hecho Natalia disfrutaba de ver a la modelo tan tranquila, aun en su mirada se podía vislumbrar el dolor, pero había algo más, algo que la motivaba a seguir como si algo hubiera cambiado.

Después de aquel momento los días comenzaron a pasar más lentos que de costumbre, el comportamiento de Alex era errático, había días buenos y días terribles, pero había algo, algo que mantenía la esperanza en todos y eso era la fuerza que mostraba la modelo. Si bien había momentos en los que parecía desmoronarse al siguiente día volvía con más fuerza.

La amistad entre ella y Natalia también iba por buen camino. Natalia sabía que debía dar pasos cortos y una buena manera de hacerlo era volver a ser su amiga, que confiaran la una en la otra y con el paso de las semanas lo iba logrando.

*

Aquel día se cumplía un mes y dos semanas desde que Natalia había llegado a su casa con el firme propósito de ayudar y sin duda lo estaba logrando, Alex agradecía cada momento que habían compartido juntas y estaba dando todo de sí para mejorar.

Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora