31. Frustración

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31. Frustración

Cuando la frustración nos invade dejamos que tome control de nosotros, no podemos recordar las cosas buenas, solo nos enfocamos en lo malo y dejamos que nos consuma. Es normal sentirse frustrado cuando algo no resulta como esperamos, es normal enojarnos, desear que las cosas fueran distintas, pero quizás aquello es solo un aviso de que algo mejor está por llegar.

De vuelta en casa de Alex las cosas parecían volver a la normalidad, aun así, Natalia sabía que su estadía allí estaba limitada, en pocos días debería comenzar su trabajo en aquella clínica en el centro de la ciudad por lo que inevitablemente debería irse. Dolía pensar que debería dejar a Alex, pero era hora de que pensara en su bienestar, en lo que la hacía feliz y sin duda comenzar a ejercer su carrera la llenaba de ilusión.

― Has estado muy callada ― decía Alex mientras se encontraban en la cocina preparando la cena

― Supongo que el viaje me dejo agotada

― No tendrá que ver con tu trabajo ― pregunto por lo bajo

― Puede ser ― suspiro colocándose al lado de la chica ― realmente no se...no puedo pedirte que dejes todo por volver a la ciudad.

― ¿Por qué no puedes pedírmelo?

― Seria egoísta

― ¿No sería egoísta no decirme lo que realmente sientes? Mira, se lo emocionada que estas con aquello, también sé que no estoy lista para enfrentarme a esa selva de cemento ― suspiro mientras Natalia acariciaba su mejilla ― pero te amo, quiero mejorar y lo estoy haciendo, solo dame tiempo...

― El que quieras ― sonrió ― solo quiero lo mejor para ti.

Tiempo, era la palabra que más resonaba en la mente de ambas chicas, primero Natalia sabía que debía comprender a la modelo, se acercaban momentos difíciles y el inminente juicio era un tema que preocupaba a ambas.

Alex sabía que su chica no quería seguir más aplazando el momento de concretar sus sueños, el de trabajar y finalmente ejercer su profesión, pero también sabía que aún no estaba lista para volver y enfrentarse a un mundo que muchas veces era despiadado.

**

El abogado de Alex había viajado hasta la casa de la modelo para aclarar algunas dudas, el juicio se acercaba y necesitaban estar listos. Por lo tanto, debían prepararse para cualquier eventualidad.

Maximiliano Casas era uno de los mejores abogados y amigo cercano de la familia Ferreira, había tomado el caso de la modelo como un reto personal y sin duda lo había ganado, ahora con el nuevo juicio en marcha no estaba dispuesto a dejar que las personas que habían atacado a Alex tuvieran una reducción de la condena mucho menos una absolución.

― No hay manera que logren convencer al jurado ― decía Maximiliano ― pero, debemos estar preparados para cualquier artimaña, Giselle ha sido agredida en el reclusorio de mujeres y de seguro lo sacaran a relucir.

― ¿Atacada? ― pregunto rápidamente Natalia.

― Pues al parecer las reclusas "están muy apegadas a ella" es víctima de cada pandilla ahí dentro, la pasando realmente mal.

Al escuchar eso Alex sintió un escalofrió recorrerla de pies a cabeza, no podía siquiera imaginar que sería permanecer privada de tu libertad.

Si bien aún sentía resentimiento por Giselle y Nicole no podía imaginar lo que estaban viviendo dentro la cárcel. ¿golpeadas? No podía imaginar a la gran Giselle con golpes en su rostro mucho menos con aquel uniforme naranja característico de la prisión, pero ¿no era lo que deseaba? Que sufriera y que entendiera el daño que le había causado.

Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora