4: Caprichos

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4. Caprichos 

Capricho se define como "Deseo impulsivo y vehemente de algo que se considera prescindible o arbitrario" es decir es un deseo por su definición más básica.

Desear algo no tiene nada de malo de hecho, muchos de nosotros tenemos deseos que no generan ningún tipo de conflicto, pero el problema llega con la siguiente parte de la definición, en la que hace referencia a ser un deseo impulsivo.

Un impulso es el deseo intenso que lleva a hacer una cosa de manera inesperada y sin pensar en las consecuencias, es decir no pensamos demasiado para tomar una decisión o para realizar alguna acción. Y son estos impulsos lo que dominan al ser humano, nos dejamos llevar por los mismos la mayor parte del tiempo y nos aferramos a esa sensación para excusar nuestras acciones 'fue un impulso' fácil, así de sencillo.

Ahora bien, continuando con la definición de capricho sabemos que es un deseo impulsivo de algo. Cuando deseamos algo es quizás alguna cosa indispensable sin la cual no podríamos seguir, pero un capricho es desear algo que no necesitamos realmente.

Desear algo solo porque sí. Así de simple y complicado a la vez, no podemos asegurar el porqué de nuestra decisión simplemente queremos que lo que se ordena se cumpla. Sin importar en las consecuencias que aquello pueda conllevar.

― ¿Ya se conocían? ― decía Natalia tratando de romper la tensión que existía en ese momento.

― Digamos que hemos compartido más de lo que desearíamos ― hablo Giselle sin despegar su mirada de Alex

― Ah que extraño ― decía la chica tratando de sonreí ― al menos tienes a alguien conocido aquí ― le dijo a Alex que seguía con el ceño fruncido observando a la chica.

Dos años atrás había comenzado todo. La rivalidad entre ambas había estado desde el inicio Alex por un lado era la chica nueva, recién llegada a la agencia de modelos y Giselle era la gran estrella del momento, amaba la atención y saber que alguien más la tenía la enojaba.

Claro que al inicio Giselle no lo había hecho notorio, pero con el paso del tiempo y al ver que Alex comenzaba a despuntar los celos eran más fuertes que cualquier cosa y decidida a no dejar que su momento de gloria acabase lastimo a una ingenua Alex que había creído en ella ciegamente.

― Siento la tensión ― decía Natalia muy incómoda por el cruce de miradas

― Bienvenida ― le extendió la mano ― parece que nuevamente seremos colegas.

― Así parece ― acepto el apretón de manos de la modelo y trato de sonreír.

― Bien señoritas es hora de comenzar ― anunciaba Marcus ― hagamos magia.

Giselle tomo el sitio principal como era de esperarse. Mientras Alex la observaba fijamente desde la parte de atrás, era imposible no observarla, era talentosa y sabía lo que hacía no en vano tenía varios años de trayectoria.

Giselle tenía el cabello largo color café claro, sus ojos eran azules y tenía un cuerpo envidiable, había trabajado con los mejores diseñadores durante años y sin duda ella era una de las mejores modelos.

Natalia por otro lado estaba disfrutando del espectáculo, seis chicas en lencería posando en frente de ella, era el paraíso, no dejaba de sonreír ante la mirada coqueta de varias de las modelos. No iba a contenerse demasiado tiempo. Era mucha tentación.

― Soy demasiado gay ― suspiro.

― Y una desubicada ― bufo molesta Alex saliendo del lugar.

Alex camino rápidamente buscando alejarse de aquel lugar. Ver a Giselle le había traído demasiados recuerdos. Recuerdos que no quería tener presentes. Además, le había molestado que aquella chica se fijara tanto en la modelo.

Cicatrices InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora