Cicatrices Invisibles

9: Curiosidad

9. Curiosidad

La curiosidad puede más que la razón, es tanta nuestra necesidad de conocer algo que vamos en contra de todos y todo con tal de conseguir la verdad. Es casi obsesivo, es la necesidad de saber más. Probablemente no nos gustara la verdad, pero ¿Qué prefieres vivir con la verdad o aguantar la mentira?

Solemos sentir tantos deseos de conocer la verdad que nuestra curiosidad puede más que cualquier advertencia. Es una necesidad, se vuelve casi una obsesión y es que permanecer en la ignorancia no suele ser una opción para muchos. Prefieren saber la verdad, conocer un poco más sobre lo que sucede y de esa manera comprender de mejor manera ciertas actitudes o decisiones.

Natalia estaba sentada en el sofá observando a Alex sonreír, debía hacer las preguntas adecuadas, no quería que a la mañana todo terminara sin saber la verdad, o al menos conocer un poco del misterio que envolvía la vida de la modelo.

― Bien, aquí van las reglas, con cada pregunta que responda te quitaras una prenda ― dijo la modelo sin perder la sonrisa de su rostro.

― Eso no estaba dentro del trato ― se quejaba la chica mientras Alex solo sonreía

― Es mi recompensa por ser sincera contigo, creo que es justo ― más bien era una manera de observar aquel cuerpo que la estaba volviendo loca.

Natalia simplemente asintió y Alex recorrió su cuerpo con su mirada. Sabía que aquellas preguntas podrían cavar muy dentro de su corazón, pero estaba dispuesta a contarle todo lo que quisiera saber. Solo esperaba que supiera hacer las preguntas adecuadas.

― ¿Por qué nunca hablas de tu familia? ― susurro y la expresión de Alex endureció. Era un tema extremadamente delicado, pero debía responder.

― Mi madre murió hace más de dos años. Ella siempre fue todo para mí, fue por quien comencé a modelar ― suspiro ― ella sufría de una enfermedad degenerativa que de a poco la dejo postrada en una cama, como podrás imaginar era muy difícil para mí hacerme cargo de ella con mi carrera recién despegando. No estuve a su lado cuando más me necesito ― al recordar aquellos momentos un nudo se formaba en su garganta ― recuerdo perfectamente haber estado en Italia realizando una sesión de fotos para uno de mis fotógrafos favoritos, cumpliendo uno de mis sueños cuando alguien interrumpió la sesión diciéndome que mi madre había muerto.

― Oh dios lo siento muchísimo, no debí preguntar.

― No, hecho me alegra que lo hayas hecho, aun ahora me culpo por haber puesto mis sueños primero. Debí haberme quedado a su lado. Debí haberlo hecho, pero quería cumplir el sueño que ambas teníamos.

― Entiendo ― susurro ― ¿Y tu padre?

― Ese desgraciado ― decía irónica ― solo apareció cuando mi carrera era de lo que todos hablaban. Me busco pidiendo dinero. Claro que no le di un solo centavo. Ahora no se en donde estará. Probablemente ebrio en algún callejón.

― Lo siento mucho.

― No, el jamás fue nada mío. Nunca estuvo a mi lado y sinceramente no me interesa que sucede con él. Tuvo mucho tiempo para buscarme, pero solo lo hizo cuando supo que estaba triunfando.

Natalia observaba a la modelo afectada por lo que le había revelado. Si puede que en el exterior ella se mostrara dura, pero sabía que le dolía, la muerte de su madre, el desinterés de su padre y estar completamente sola en el mundo.

― Fueron dos preguntas ― la miro fijamente

― Estoy consciente de aquello ― se levantó del sofá y se quitó la blusa que traía dejando al descubierto su abdomen y pechos que solo cubrían un delicado sujetador negro. Tenía el abdomen completamente plano, pudo adivinar que la chica hacia ejercicio a menudo o quizás era algo natural en ello, fuera lo que fuera su cuerpo era exquisito. Alex la observo detenidamente y busco algo de duda en sus ojos, pero podía sentir que estaba bien, que Natalia no se sentía incomoda o molesta con aquello.