C a p í t u l o 8

1.5K 205 79
                                    

La presentadora de noticias repitió su nombre una vez más; posteriormente, mencionó su capital de procedencia y describió su aspecto físico en detalle con intensión de advertir a los ciudadanos de las cinco capitales de mantenerse alejados de cual...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La presentadora de noticias repitió su nombre una vez más; posteriormente, mencionó su capital de procedencia y describió su aspecto físico en detalle con intensión de advertir a los ciudadanos de las cinco capitales de mantenerse alejados de cualquiera que cumpliese con dichas características.

Arya enseguida cogió el control del televisor y cambió de canal. Después de pasar por tres canales diferentes, la mujer de tez morena y ondulado cabello castaño seguía mirándola a los ojos, catalogándola como una amenaza para la humanidad, mientras trataba de ocultar su intranquilidad con su profesionalismo al describir los hechos de la escena del crimen que se podía observar en la mitad derecha del televisor.

Era una recopilación de imágenes censuradas; pero a pesar de eso, la censura no pudo ocultar la cantidad de cuerpos deformes esparcidos por el área, las moscas haciéndose su festín de carne podrida y las pinceladas de sangre por todo el lugar.

Las imágenes se vieron reflejadas en sus pupilas totalmente contraídas que empezaban a inundarse.

Las escenas pasaban una tras otra, mientras la presentadora comunicaba a los espectadores los pasos que debían seguir en caso de avistar a la responsable

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las escenas pasaban una tras otra, mientras la presentadora comunicaba a los espectadores los pasos que debían seguir en caso de avistar a la responsable.

Unas arcadas involuntarias se manifestaron en señal de repulsión, ya que el haber recordado lo que sucedió esa noche no era lo mismo que ver absolutamente todo en vivo y peor en una pantalla de cien pulgadas.

«¡Maldito monstruo!, ¡Qué me has hecho hacer! -gritó, aventando el control del televisor al suelo, haciéndolo trizas».

Corrió hacia el garaje de la mansión. Este era amplio y ordenado. Sus carros estaban ausentes dejando cinco aparcamientos vacíos, y en toda la pared que le hacía frente a sus inmensas puertas, tuvo la suerte de encontrar unas cuantas bicicletas guindadas.

El panorama había cambiado y necesitaba movilizarse para encontrar ayuda urgente. La valiosa ayuda de la única persona que no la juzgaría por sus actos sin importar lo descabellado que sonara, puesto que a partir de ese momento lo peor que podía hacer era regresar a su casa.

Sus ojos se iluminaron al detectar en los alrededores del garaje, un mapa completo de la capital de Vollmont pegado en una pizarra de corcho repleta de tachuelas de colores. Aparentemente, los dueños pescaban, ya que tenían un equipo completo con todos sus cachivaches y el mapa servía para marcar sus rutas de pesca.

Tienes algo que me perteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora