➣機会(Oportunidad).

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❃   No refutó, no contestó; ni siquiera fue capaz de mirarlo a los ojos. La vergüenza lo mataba, lo rompía en pedazos pequeños por dentro, y el arrepentimiento comenzó a consumirle. 

   Otro día más, volvió a intentarlo. Karma volvió a exigirle que se fuera, y sin intención de hacer más daño, obedeció como si de su amo se tratase. Al otro día fue exactamente lo mismo, la única diferencia fue el tono con el que Akabane se dirigió hacia él; su voz rota, y su rostro hecho un desastre, lo delataban. Ese no había sido un buen día para él, por eso decidió intentarlo al día siguiente. 

   No, no pretendía ser una persona terca, pero sus valores le exigían su accionar, no podía guardar silencio luego de el accidente que había provocado. 

   Hoy, se dirigió nuevamente a la habitación 111, con sus manos ocupadas en el té que con mucho gusto había preparado para el contrario. Su mirada aún transmitía tristeza, y sus ojos comenzaban a perder aquél brillo característico que les concernía cada vez que cruzaba esa puerta.

—Buenos días.—saludó al ingresar.

   Nuevamente, había atraído las miradas de desprecio por parte del pelirrojo y la doctora que le atendía.

—¡Oh!, Preparé esto para ti, Akabane-san. —sus manos extendieron el recipiente hasta él, quien removió su cabeza para ambos lados en señal de negación.

—No me gusta el té, prueba metértelo en las profundidades de tu...—inmediatamente, la voz de Manami se hizo presente, frenando la vulgar oración que con tanta brusquedad por poco sale de la boca del pelirrojo. 

 —¡Karma! —exclamó, con su mirada seria posada sobre las doradas orbes de su amigo, mirándole con desaprobación.

—¿Qué? Era una buena idea. —contradijo con total seriedad, posteriormente levantando sus hombros, restándole importancia al asunto. Manami suspiró pesadamente, y le dirigió una —quizás no muy— suave mirada.

—U-umh.—su mirada rápidamente viajo desde Akabane hacia él, y viceversa.—Debo irme, Kotaro está esperándome.—advirtió. Tomó sus cosas, dispuesta a abandonar la habitación, aunque su mente le dijera que posiblemente estuviera cometiendo un error.

   Saludó al pelirrojo, plantando un pequeño y casto beso sobre sus cabellos rojizos, para luego desordenarlos sin ninguna delicadeza.

—Suerte en tu cita.—mencionó, provocando un fuerte sonrojo en las mejillas de la azabache. 

   Ella no contestó, siguió su camino hasta llegar a Nagisa.

Haz que no me arrepienta de dejarte a solas con él. ❃

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🌈Pregunta, ¿prefieren que sea más detallista, o con capítulos como éste les parece bien?🌈

》He did a mistake.《 ⓀⒶⓇⓂⒶⒼⒾⓈⒶDonde viven las historias. Descúbrelo ahora