Noche (2)

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¿Qué pasó?

Este no era el mismo hombre con el que yo había hablado para que me ayudara en mi caso aunque tengo que aceptar que me gusta más este, porque a pesar de todo podía apreciar más su atractivo.

Lo miro confundida desde su cama, salto del susto al escuchar un trueno que resuena por toda la habitación ocasionando que ría mas.

-¿Le temes a un trueno?- pregunta divertido arqueando una ceja.

¿Él es el abogado con apariencia impotente e intimidante?

-Solo me tomo desprevenida- aclaro sentándome sobre la cama.

-Dame unos segundos, iré por algo con que desinfectar eso que tienes en tu cabeza- dice y seguido se retira de la habitación.

Aprovecho para poder observar el estilo de la habitación. A mi parecer es enorme y moderna, los lujos que da ser abogado, veo a la par mía una mesita de noche donde hay una lámpara. En el cuarto hay una ventana dirigida hacia una parte de la ciudad y eso me da a pensar que esto debe ser un edificio con muchos departamentos. En la habitación había lo que supuse era un armario de habitación entera, vi más a mi alrededor para encontrarme con una estantería llena de libros de asuntos de gobierno y cosas aburridas que para nada me interesaban. Las paredes eran perfectamente blancas, las cortinas semitransparente de la ventana eran de un color crema y la cama era de color blanco con negro. Todo era sencillo pero moderno. Había estantes pegados a las paredes con objetos de decoración, alguna que otra imagen, un par de libros que reconocí como el Principito y otro que no reconocí. Tenía un televisor colgado a la pared y debajo de este una pequeña mesa donde había películas.

Toqué la herida de mi cabeza. Me la  hice al caer por el impacto. Luego voy a presionar mi estómago, levanto la tela de la blusa suavemente y sin mirar presiono. 

-¡AUCH!- me quejo gritando. Hago una mueca y me recuesto sobre la cama. El abogado no tarda en venir corriendo con un botiquín de primeros auxilios.

-¿Qué pasa? ¿Qué fue eso?- pregunta alterado. Me río un poco al ver su cara de preocupación pero eso causa que me duela. Hago una mueca otra vez -Será mejor que te dé algo- dice.

Se acerca y se sienta a la orilla de la cama, a la par mía. Limpia cuidadosamente el gran raspón en mi cabeza. Pasa una gasa con alcohol y luego de eso amarra la gasa a mi cabeza.

- Tú abdomen... ¿Cómo está?

-Duele- hago un mohín  con mi boca.

-Te parece si...- alarga y vuelve a ver mi estómago. Me siento muy incómoda, quiere revisar la herida del abdomen pero a eso se me vienen recuerdos.

Recuerdos que creí olvidar. Un nudo se hace en mi garganta y mis ojos se vuelven cristalinos.

Flashback.

" - Quítate eso.

-No quiero - respondí.

- ¡Qué te lo quites! - levanté la barbilla desafiante -... Sí no lo haces...."

Fin Flashback.

-No te haré nada. Si quieres lo haces tú. Yo voy a traerte un vaso con agua para las pastillas- me dice. Asiento y espero a que se valla.

Cuando cierra la puerta levanto un poco mi blusa. Se ve horrible. Tengo un moretón grande y una herida no muy grande. Vierto alcohol en otra gasa y limpio la zona. Luego de eso reviso que no tenga nada más.

Tocan la puerta y el abogado entra lentamente. Bajo mi blusa rápido.

-Ten- me tiende un vaso de agua y unas pastillas -si te duele mucho toma la tramado o la acetaminophen con codeína. Pero no te lo recomiendo mucho a menos que sea un dolor de muerte... Y... Perdón por... Bueno eso.

-No, yo lo lamento por haberme atravesado en su camino, abogado.

-¿De qué huía?- trago saliva difícilmente y bajo la cabeza, relamo mis labios nerviosa -... Disculpa por preguntar. No estoy en mi trabajo, lo siento.

- Creo que deberíamos dejar de disculparnos ¿No? - sonrío y el también lo hace pero inmediatamente agacha la cabeza y esconde su hermosa sonrisa por su hombro.

No me culpen por admirar su sonrisa. Hay que admitir que es bonita ¿No?

Bien, deja de mirarlo Crystel-Digo a mis adentros.

-Creo que deberíamos de arreglar el asunto de donde dormiré porque me niego a dormir con el abogado más...- me detengo al ver lo que iba a decir -...más exitoso. Sí, eso... exitoso. Eso dije.

El abogado me mira con el ceño fruncido pero menea la cabeza y vuelve su expresión impotente.

Un pasado con futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora