Contratación

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Me remuevo inquieta entre el pequeño sillón de cuero que por más cómodo que aparentara ser para mí era todo lo contrario, o tal vez eran los nervios que me provocaba al saber que iba a conocer personalmente a uno de los mejores abogados de toda Terranova. Él señor Withemood Clarkson, un abogado muy prestigiado por cualquier persona con problemas legales y cotizado por la multitud femenina, porque tendría que estar demente si mentía que no era un hombre sumamente atractivo.

Vuelvo a mirar impaciente el reloj que colgaba sobre la cabeza de la secretaria con aproximadamente 40 o 45 años que se encontraba recogiendo sus cosas.

-¿Es tu primera vez en este lugar?- pregunta esta al notar mi nerviosismo.

-¿Tanto se nota?- respondo con otra pregunta completamente nerviosa.

-Tranquila cariño, solo trata de actuar normal y no permitas que descubra tu miedo para que logres tu objetivo- aconseja ella con ese tono maternal.

Le agradezco y minutos después me comunica que puedo pasar, suspiro profundamente y exhalo para liberar gran parte de mis nervios.

Le vuelvo a agradecer y abro suavemente la puerta de la oficina.

-Buenos días, mi nombre es Crystel Partson Salas- me presento educadamente extendiendo mi mano hacia él.

-Adelante señorita Partson, tome asiento por favor- pide amablemente estrechando su mano con la mía sin quitar ese tono culto pero grueso y frío -Me comunica mi secretaria que usted viene por que necesita asesoría en asuntos personales ¿no?

-Sí, así es.

-¿Y que tipo de problemas tiene una joven como usted?- pregunta mirándome intimidante sin apartar el rastro de su ceño fruncido.

-Bueno... yo necesito de su ayuda para demandar a un hombre- me apresuro a decir.

Él se queda examinándome unos segundos, posa una mano sobre su barbilla frunciendo de nuevo el ceño, coloca el expediende sobre la mesa y me mira sin decir nada.

Estoy más que muerta del miedo y este hombre mirándome así no me ayuda mucho, miro incómoda a ambos lados de la oficina y siento mi respiración volverse un poco agitada.

-Permitame preguntarle un última cosa señorita Partson- asiento mirándolo a los ojos -¿Por qué quiere que yo haga este trabajo?

-Porque usted es el único que puede hacer pagar a esta persona- confieso temerosa.

-¿Y quién es esa persona?- interroga interesando colocando sus codos sobre el escritorio.

-Vladimir Withemood- respondo con un tono temeroso mirándolo directamente.

Veo como su mandíbula se endurece y se recuesta lentamente sobre el respaldar del asiento, observo como duda unos segundos pero luego sonríe de una manera extraña con un impactante brillo en sus ojos.

-¿Vladimir Withemood?¿Mi padre?- pregunta más interesado que antes, se levanta de su asiento y rodea su escritorio poniéndose detrás de mi.

¿Qué diablos le diría? "Sí, su padre y necesito que me ayude a demostrar que el abusó de mi y hacer que se pudra en la cárcel como tiene que ser..." ¿Eso? Jamás.

-Yo...- empiezo a respirar irregularmente sin palabras que decir.

-No se preocupe, no me importa en lo más mínimo que le suceda a ese bastardo- escupe sus palabras con odio.

Abro mis ojos impactada y siento mi respiración más tranquila pero inquieta por sus palabras rudas.

-Pero dígame, ¿Qué fue lo que él hizo?- pregunta volviendo a su sitio anterior mientras aflojaba un poco su corbata -Seré su abogado y tengo que saber muy bien la situación en la que se encuentra.

Suspiro con los ojos cerrados tratando de sacar todos mi miedos.

-Pequeña zorra, no te atrevas a denunciarme porque te haré sufrir mucho más- me advierte acomodándose su saco mientras yo trataba de cubrir mi pequeño y vulnerable cuerpo con las sabanas.

No, no podía permitirlo más, necesitaba buscar una salida a esto.

Muerdo mi labio al recordarlo. Estaba dicho, no soportaría más abusos ni maltratos de su parte.

-Él abuso de mi- confieso por fin sin levantar la mirada.

Increíblemente podía escuchar como crujía los dedos de sus manos y exhalaba para relajarse, aunque no podía olvidar el hecho de que estaba acusando a su padre y se podía sentir la tensión que se encontraba esparcida por todo el lugar. Siento como los minutos se hace eternos para mi y me empiezo a desesperar con el sonido del molesto reloj marcando cada segundo que pasaba.

-Es un hecho, me tiene a su disposición señorita Partson- concluye extendiendo su mano hacia mi.

-¿Qué?- pregunto anonada por su comentario.

-¿Puedo decirte Crystel?- asiento -Bueno, como escuchaste Crystel, yo me encargaré de tu caso y te asesoraré- repite sin vacilar con ese tono firme e imponente. Que a cualquier persona intimidaría, pero que por alguna razón, no funciona conmigo.

Listo, este es el comienzo a mi tan ansiado final.

Un pasado con futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora