Me ducho rápidamente rozando con recelo las cicatrices que se encuentran en mi clavícula y pecho, resoplo fatigado mientras salgo ya listo para vestirme.
Flash back
Derramo mis lágrimas de molestia mientras atrapo mi labio inferior entre mis dientes con fuerza. Ese no merece ser mi padre, no merece nada mío.
Su falsa sonrisa ante las cámaras y reuniones simplemente me repugnan, a mis catorce años no podía sentir nada más que odio a su persona y deseos de hacerlo pagar. Sed de venganza. No era un sentimiento apto para un simple mocoso, como me llamaba él pero eso era lo que único lo había cultivado en mi ser.
Cada golpe se convertía en cicatriz más para el recuerdo de mi propósito en la vida, cada ofensa a mi madre una razón de ser digno de mi odio y deseo de verlo sufrir.
Fin Flash back.
Acomodo mi corbata frente al espejo mientras ese recuerdo se producía en mi memoria, admiro mi figura frente al espejo una vez más teniendo inconscientemente la imagen de Crystel en mi mente con sus llamativos ojos en alerta.
Tomo mi maletín del escritorio del cuarto y salgo del departamento directo al ascensor. Entro y presiono el número del primer piso del edificio.
¿Por qué no lo use cuando traje a Crystel en brazos?
Era una buena pregunta si la planteaba en este momento. Tal vez no pensé bien porque en ella veía el reflejo de mi madre, la mujer que soportó todo por mí, cada insulto, cada golpe y sin embargo no le había bastado a ese hombre para no dejarme impune.
Él había hecho de mí una persona impotente al ver por tantos años el infierno en el que vivía, ese infierno del que traté de escapar muchas veces y siempre terminaba peor a como salía. ¿Ella había sufrido lo mismo que yo con ese hombre?
¿Por qué de los tantos otros mejores abogados, me escogió a mi? Porque buscarme a mi, si yo no quería saber nada de él. Justo cuando estaba esperando la oportunidad perfecta para vencerlo ella me pedía ayuda dándome la ventaja de atacarlo primeramente.
Pero si quiero saber con utilizarla a mi favor la pregunta era... ¿Cómo encontrarla? Desaparecido sin una dirección ni nada.
Subo a mi auto y lo pongo en marcha para dirigirme a mi oficina.
.....
-Lic. Whitemood, recuerde que tiene que reunirse en el juicio para discutir los asuntos de división de bienes de sus padres dentro de unos minutos- comunica mi secretaria desde la puerta asomando simplemente su cabeza por ella.
Hago una mueca de desagrado y levanto mi vista de los papeles en mis manos para mirarla.
-Gracias Nancy, me recordaste que voy a tener el peor momento de todo mi día- confieso con desgano.
-Zed, no seas así- se adentra a mi oficina y me mira con reproche.
-Nancy, sabes porque lo digo. Tú has sido como una gran madre para mí, me ayudaste a superarme y poder sacar a mi madre de ese infierno, pero con todo respeto te lo digo, él no merece que le muestre una simple gota de respeto por tener su sangre- aclaro con calma sin cambiar mi expresión seria.
-Tú eres como el hijo que nunca pude tener.- responde con una sonrisa sincera plantada en su rostro -Pero no tienes que guardar tanto rencor en tu noble corazón, porque sé que tienes uno.
Me levanto de golpe y le doy la espalda, apoyo mis puños sobre la mesa detrás de mi asiento con mis músculos tensos.
-Yo no tengo un corazón noble, eso solo me haría más débil si de verdad quiero destruirlo- declaro volteando de una forma brusca golpeando mis palmas sobre el escritorio, me arrepiento segundos después por haberlo hecho.
Coloca una de sus manos sobre la mía mirándome directamente a los ojos -A mis 43 años de experiencia, he aprendido que el odio no cosecha nada bueno. Tú eres muy joven con 27 años, no debes de tener una perspectiva así a tan corta edad.
-No creo tengas experiencia en como fue mi vida mientras viví en ese lugar llamado hogar- comento de forma mofa, miro la hora en mi reloj de muñeca y resoplo fatigado -Tengo que irme, confío en como cuidarás mientras este rumbo a...
-Zed- advierte con delicadeza y mirada reprochosa -Suerte, y no te preocupes que cuidaré todo perfectamente.
-La suerte es para principiantes- argumento con una sonrisa deslumbrante, le doy un beso en la frente y salgo rumbo a mi auto.
Conduzco en busca de mi madre y la recojo en la casa que compartía con Nancy.
-Mamá- la recibo cuando entra al auto, le sonrío ante su mirada temerosa -¿Estás lista para ser libre por completo?
-Hijo, no estoy lista para esto, me da miedo si no resultan las cosas como las esperamos- contesta con nerviosismo.
Quito mis manos del volante y tomo las de mi madre, la miro a los ojos y trato de transmitirle toda mi seguridad. De transmitir aquello que ella me dio por tantos años, confianza. Como un hilo que se desplaza desde mi hasta su seguridad.
-Mamá, esperamos mucho tiempo por esto y ya no podemos retroceder esto. Él no merece tu perdón, no merece nada- termino sin expresión en mi rostro.
-Ya no eres ese niño dulce que sonreía a pesar de todo- confiesa entristecida con lágrimas en sus ojos.
-Él me convirtió en esto- digo con una sonrisa amarga, limpiando sus lágrimas.
Le sonrío por última vez y vuelvo a mirar al frente, prendo el motor y conduzco nuevamente al juzgado de la cuidad. Llegamos dos minutos después de la establecida.
Abro la puerta a mi madre y la llevo hasta donde se encuentra mi padre, pasamos a su lado y nos sentamos a dos metros de él.
-Ni para llegar puntuales sirven- masculla con fastidiado calcado en su tono.
-Ni para cerrar tu boca sirves- contraataco con hostilidad.
Se levanta de golpe de su asiento.
-Eres un insolente, recuerda que soy tu padre- me mira con furia en sus ojos.
-Un título que no te mereces, porque para mi no eres mi padre sino un simple hombre miserable- confieso desde mi asiento con mirada retadora y alzando la barbilla.
-¡Orden señores! Este no es un sitio para que se insulten, hagan el favor de calmarse o me veré obligado en cancelar este juicio- exige resonando sus palabras por toda la sala.
Asiento acatando la orden.
Esto solo es la primera fase de lo que te espera. Observo su figura de reojo. Tan repugnante que escalofríos de asco me recorren. Mamá dice que estoy cegado por el odio, pero es mentira, estoy cegado por el pasado y por justicia. Aunque todos me digan que no es justicia sino venganza, lucharé para que lo page. Valdrá la pena la espera.
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Un pasado con futuro
RomanceUn hombre encadenado a un pasado lleno de dolor y sufrimiento, con solo una meta en su mente. "Vencer a su padre" Una mujer destrozada en cuerpo y alma pero sin embargo dispuesta a seguir luchando por una vida libre de abusos. _"Se dice que cu...