Un cita secreta

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Me levanto de la cama estirándome, un bostezo involuntario sale de mi boca. Tortuoso pero inevitable, se prenden los recuerdos a la velocidad de la luz, cegando mis ojos pero no mi mente la cual no está dispuesta a recordar en pleno despertar y en pleno comienzo del día. Sacudo la cabeza y me levanto hacia el baño, me lavo la cara como si eso fuera a quitar la mala cara, o como si fuera a desaparecer el sentimiento moribundo y distante.

Camino apasible hasta la puerta frotándome los ojos, pero lo que encuentro me hace querer volver a frotarlos. Crystel, en la puerta, yéndose. Su mirada cala hasta la mía, sus pupilas tiemblan y sus labios se abren buscando algo que decir, pero al final la cierra frunciendo la boca, dedicándome una mirada de agradecimiento.

-Crystel...- es lo único que alcanzo a decir antes de que salga y cierre la puerta detrás suyo -... Perdón- susurro aunque ya no me escuche.

Crystel

-Crystel...- salgo rápidamente antes de que continúe, así es mejor, no hay nada que aclarar, ni nada que decir, las cartas se han puesto sobre la mesa, es hora de utilizarlas. Me recuesto en la puerta -... Perdón- oigo apenas un susurro.

(...)

-¡Estás loca de remate!

-¿Y qué iba a hacer? ¿Decirle '¡Oye Zed, me iré porque no tengo nada que decirte y pasar un momento junto a tí es como pasar un momento junto a un montón de...'

-Madison tiene razón, Crys. Tuviste que aclarar las cosas - apoya Alanna al otro lado del desayunador. ¿Porqué nadie me apoya?

-Alanna, mejor tú no hables. Pasas un noventa por ciento de tu vida en un taller o un teatro, eso hace tu opinión inválida.- Alanna se lleva una de sus manos a su corazón con la boca abierta y los ojos entrecerrados, fingiendo que se ofendió pero es mentira, Alanna pocas veces se ofende, siempre bajo control. Desearía ser ella -Además él fue el que trató de...

Tapo mi boca inmediatamente, siento las bilis subir por mi garganta y veo a Madison y a Alanna mirarse confundidas. Corro lo más rápido que puedo hasta el váter, casi me resbalo al entrar al baño pero al fin logro vomitar. Se siente horrible pero no lo controlo, es asqueroso, el olor nauseabundo inunda mi olfato y vomito más al olerlo.

Madison corre hasta mí sosteniendo mi cabello y Alanna grita que va a ir a por unas servilletas, paro de vomitar pero me siento muy débil como para ponerme de pies, así que me recuesto sobre la pared mientras Alanna trata de secarme la boca.

-Crys, ¿Estás enferma?- niego con la cabeza reponiendo la pregunta de Alanna. Madison y ella intercambian una mirada que no comparten conmigo.

-¿Qué?- pregunto débilmente pero cuando lo hago otra vez las bilis vuelven a subir y tengo que vomitar otra vez.

-Nada- se encoge de hombros Madison. Ella sabe mentir pero Alanna derrocha verdad por todo su ser.

-Es mentira- confirmo.

-No... Es que... Creo que se me quema el pan, ya vengo- ¡Ni siquiera estaba haciendo pan!

-Mañana voy a una cita...- abro mis ojos como platos -Jastián...- Carraspea -Mi novio...

-¡¿TIENES NOVIO Y NO NOS DIJISTE?!

-Shh...

-¿Madison tiene novio y no nos dijo? - pregunta Alanna que acaba de llegar. Madison rueda los ojos y la vuelve a ver.

-¿Qué no tenías un pan que se estaba quemando?- Alanna se encoje de hombros y me ayuda a levantarme -Desde hace mucho lo tengo. Y quería llevarte, Crystel... Para elevarte el ánimo o algo... Parece que se te pegó la peste o algo así.

Un pasado con futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora