Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)

CAPÍTULO 16: LAS PRUEBAS (2) SELECCIÓN FÍSICA

Cristy vino corriendo al encuentro de su novio Peter cuando lo vio aparecer a lo lejos.

Ella le recriminó con lágrimas en los ojos, por qué había desaparecido tres días y ni siquiera la había llamado. Le había estado buscado desesperadamente por todos lados, incluso llegó a pensar que había muerto y que no lo volvería a ver más. Él le confesó que no le podía decir nada, que lo sentía mucho, pero no le era posible revelarle lo que le había ocurrido. Pero ahora que había sido descalificado de las pruebas, pensó para que ya no tendría que volver a separarse nunca más de ella.

Cristy, muy dolida, le respondió que si esa era la confianza que le tenía a ella, que podía desaparecer él por tres días y luego no le podía contar nada de dónde se había metido, quizás su relación no era tan fuerte como había creído ella y que pensaba que no deberían continuarla.

Ella se marchó corriendo intentando reprimir sus lágrimas de desengaño e impotencia, pero él la siguió, y corrió detrás de ella hasta alcanzarla, cuando lo hizo, intentó abrazarla, pero en ese mismo momento ella empezó a desintegrarse, como lo había hecho días atrás su profesor de Biología.

La plaga, por lo visto, no se había detenido aún y ahora la víctima que se cobraba era la persona más preciada para él.

Arrodillado, gritando y llorando, Peter, con los restos de ceniza que quedaron entre sus dedos de lo que ahora solo quedaba de Cristy, sabía que ya nunca la volvería a ver.

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La música sonó puntual a las 6:45, la misma melodía que lo despertó de la siesta la tarde anterior.

Se despertó sobresaltado y sudando, sin saber qué eran aquellas imágenes que habían estado en su cabeza solo unos segundos antes de despertar.

Para un Auriano como Peter, le era muy desconcertante, puesto que los Aurianos no sueñan como lo hacen los humanos.

No sabía si esas imágenes eran recuerdos olvidados, o si es que se estaba volviendo loco y estaba fuera de la realidad, o que era lo que le había pasado realmente.

Tomó una ducha y se vistió con otro traje blanco como el del día anterior, que había cogido del armario.

Al acabar de arreglarse, salió nuevamente al pasillo, y otra vez se encontró con su compañero de la habitación de al lado, Rash, pero esta vez le extrañó verlo con un rostro tan serio y preocupado a diferencia del día anterior cuando lo conoció.

No tardó en saber la razón.

—¡Peter, no te lo vas a creer, pero esta noche he visto morir a mi padre! Venía corriendo a recibirme, pero de repente el suelo se hundió, pero a pesar de eso llegué a tiempo para agarrarle de la mano, intentando que no cayera por aquella grieta abismal. Cuando casi lo había sacado de ese agujero, en ese mismo momento, se desintegró ante mis ojos, quedándome solo polvo en mi mano.

Cuando se fueron uniendo los chicos y chicas que estaban por los pasillos, todos conversaban entre ellos, excitadamente. Lógicamente se formó un gran barullo a los pocos instantes.

Por lo visto, todos habían tenido experiencias parecidas.

Perplejos, se dirigieron a los ascensores, ya que a las 7.15h se servían los desayunos.

Cada uno de ellos fue a sentarse en su lugar correspondiente.

Cuando se hubieron sentado, se oyó una voz por el altavoz:

«Buenos días. Les habla el señor Darel, ayer tuve el gusto de presentarme y de explicarles la razón por la que están en este lugar.

Como no quiero que se les amargue el desayuno, les comentaré, que estén tranquilos. Sus familiares, amigos, o novios y novias, que dejaron ayer en sus casas se encuentran bien. No se preocupen, por las imágenes mentales que han visto esta noche. No eran reales. Eran sueños.