CAPÍTULO 18: LA HUIDA

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De repente, se escuchó un gran estruendo detrás de ellos. La puerta que cerraba a los mutantes, salió disparada. Una de aquellas criaturas terroríficas logró soltarse de las cadenas que la mantenían atrapada. Ahora la atención de todos se desvío a aquel ser que avanzaba amenazador y profiriendo espantosos gruñidos. Pol dejó de apuntar con su arma a Joel y Ricky, y apuntó a la criatura. Los otros dos hombres hicieron lo mismo. No querían matarla, pero tampoco podían dejar que se les escapara.

Con la confusión reinante, Joel y Eric pudieron escabullirse de sus enemigos y empezaron a correr a toda velocidad para salir del laboratorio.

Recorrieron el edificio viejo, y hallaron la puerta abierta que conducía a la residencia, pues al entrar Pol y Jack, no la habían cerrado con la urgencia de la alarma.

Se dirigieron a la habitación de Jaume, pues habían de salir a toda prisa de aquel lugar. Pero, al llegar, vieron la puerta abierta y la habitación vacía.

No sabían a dónde había ido Jaume o a dónde se lo habrían llevado, pero no podían permanecer más tiempo en la residencia, y más aún cuando vieron a unos hombres correr por los pasillos.

Dedujeron que serían unos enviados de Pol, y que los estarían buscando.

Así que Eric condujo a Joel hacia una salida de emergencia posterior, pues seguramente la entrada principal estaría vigilada.

Una vez fuera del edificio, se alejaron de aquel lugar todo lo que pudieron.

Después de correr por bastante tiempo, se detuvieron casi sin aliento.

Joel dijo a Eric, mirándole a los ojos, y en tono solemne: «Me parece que tendrás que ir buscando otro lugar para ir a hacer prácticas, pues mucho me temo que te has quedado sin trabajo. Entonces ambos estallaron en carcajadas.

***************

Jaume, oyó una voz dentro de su cabeza. Hacía mucho tiempo que no se comunicaban con él desde Aurin.

Los Conectores de la Tierra eran los únicos que tenían la habilidad de ver en sueños el mundo de Aurin, y de poder escuchar instrucciones que les eran dadas desde el edificio de Los Protectores, desde allí se comunicaban con ellos en circunstancias especiales. Con todo y eso muchas veces no les llegaban los mensajes, debido a distorsiones electromagnéticas por diversas causas, tormentas solares, interferencias de los muchos satélites que orbitan la Tierra y otros motivos.

Era la clase de mensajes, como el que escuchó Ricky cuando la voz le decía: «Corre, Ricky, corre».

Tenían que ser mensajes breves, pues no siempre se transmitía la totalidad del mensaje: «Jo...l, te bus... está 2 call... mas... rriba... a dos cientos... tros... nea... ecta».

Jaume entendió el mensaje aunque estaba entrecortado, pero siguió las instrucciones que logró entender.

Joel y Erick se habían sentado en un banco que había allí, en el que había un poco de césped enfrente en un pequeño parque y las palomas acudían a comer de las miguitas de pan que les tiraban los niños.

Aun se estaban reponiendo de la carrera que se habían pegado y esperaban a recuperar el aliento y las ideas, de lo que iban a hacer ahora.

«¡Joel, Joel!», se escuchó una voz a lo lejos.

Era Jaume, que ya había visto a Joel y Eric.

En eso giraron las cabezas en dirección a dónde suponían provenía la voz. Y vieron a Jaume acercándose, corriendo a la velocidad que a su edad le permitían las piernas.

De todas maneras, su condición física como conector y deportista que había sido gran parte de su vida, era como si tuviera unos 60 años en vez de los 89 que tenía. Por eso aún estaba relativamente ágil.

Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora