Barcelona (España) 2046.
El abuelo Jaume estaba sentado en su viejo sofá.
Con una mano temblorosa sujetaba una foto en la que salían los tres.
Su querida Gemma, el pequeño Pau y él mismo. Los tres estaban en aquel hermoso parque. Fueron unas vacaciones muy especiales.
Recordaba con una sonrisa en los labios, cómo la amable señorita que pasaba por allí se había ofrecido a tomarles la foto. ¡Echaba tanto de menos esos tiempos, echaba tanto de menos a Gemma!
La sonrisa que tenía en los labios se tornó en una lágrima que corrió por sus mejillas.
¡Habían pasado tantas cosas desde su juventud!
Pero al mismo tiempo le invadía el sentimiento de que la vida se le había ido escurriendo como agua entre los dedos y somos incapaces de retenerla por demasiado tiempo.
Hacía poco que había cumplido 89 años.
Jaume tuvo éxito en la vida debido a sus excelentes habilidades.
En lo físico había sido un excelente maratonista y se destacó como deportista. De hecho, ganó muchas medallas a nivel amateur, aunque nunca quiso dedicarse a ello profesionalmente.
Intelectualmente le fue muy bien en los estudios. Debido a sus excelentes calificaciones —casi siempre sacaba 10 sobre 10 en los exámenes— había obtenido una beca que le había permitido estudiar en una de las mejores universidades de Europa; eso le ayudó en el mundo laboral, pues fundó su propio bufete de abogados que, en sus tiempos, había sido el mejor de la ciudad.
Había viajado, disfrutado de buenas amistades, buenas comidas en los mejores restaurantes, conoció a mucha gente intelectual del mundo, disfrutando también con los mejores espectáculos del arte y de los deportes. En fin, de muchas cosas placenteras, ya que su acomodada condición económica se lo había permitido tanto a él como a su familia.
Ahora vivía en casa de su único hijo Pau, y su mujer Sara, pues su querida Gemma había muerto cinco años atrás debido a un cáncer.
Tenía un único nieto, Joel, de 17 años.
En la actualidad vivía con ellos: su hijo, su nuera y su nieto. No se podía decir que no fue feliz en su vida, todo lo contrario. Pero había llevado una pesada carga durante la mayor parte de su vida. Había guardado un gran secreto.
Este se remontaba a cuando tenía unos 20 años, cuando tuvo un accidente esquiando en los Alpes suizos.
Estuvo a punto de morir. A causa de golpe en la cabeza se pasó tres meses en coma luchando por su vida.
Después de despertar, cambió por completo su manera de ver la vida.
De llevar una vida algo alocada, siempre buscando el riesgo; se convirtió en una persona muy precavida, reposada, como si tuviera que proteger especialmente su existencia.
Sus familiares y amigos pensaban que era debido al gran susto que tuvo y que casi le cuesta la vida. (Sin duda, algo de razón tenían).
Pero había algo más. Algo que trascendía su propia vida.
Ahora que se encontraba en el ocaso de su vida, estaba en espera de una visita muy importante.
Cada día que pasaba se impacientaba aún más.
Tenía que guardar ese secreto incluso de su familia más cercana. (Eso había sido una terrible carga para él), especialmente fue duro no hablar nunca de «aquello», con su amada esposa Gemma cuando vivía.
Pero ahora tenía permitido explicar lo imprescindible, si su «misión» en la vida peligraba.
Así que una noche habló en privado con su hijo Pau.
—Mira, pronto recibiré la visita de un joven —le dijo Jaume. Es de vital importancia que hable con él en privado. Debe de tener alrededor de 20 años
—Papa —le interrumpió Pau—. ¿Quién has dicho que vendrá? ¿Cómo se llama?
—No sé cómo se llama, hijo, pero tienes que hacerle pasar a casa, para que yo pueda hablar con él —le respondió su padre.
—Lo siento, papa, no sé con quién has quedado ni cómo ha sido, pero no puedo dejar que venga un desconocido y hable contigo en privado. ¿Y si quiere hacerte daño? ¿Y si quiere hacerte firmar algún papel, para robarte dinero o posesiones? —le contestó bruscamente Pau.
—No te preocupes, hijo, que no te quedarás sin herencia. No tengo, ni voy a firmar ningún papel. Solo es que tengo que hablar con él antes de que se cierre la ventana —sentenció Jaume en tono solemne.
—Pero, papa, ¿de qué ventana me hablas? No entiendo lo que me dices, no entiendo que te está pasando. ¿Te encuentras bien? —Pau se empezaba a impacientar con su padre.
—Sí, me encuentro perfectamente, a pesar de tener 89 años. Lo siento, hijo, pero no puedo darte más detalles. Si pudiera de verdad que lo haría, pero ahora necesito que confíes en mí. Es más importante de lo que crees... —Jaume argumentó con lágrimas en los ojos.
Esa misma noche, habló Pau con Sara, su esposa.
—Oye, Sara —dijo—, a mi padre le pasa algo raro. Me ha contado que un desconocido tiene que hablar con él, y no me ha dicho la razón. Me ha hablado de una ventana, que se iba a cerrar... En fin, no sé qué pensar, pero... ¡Parecía tan importante para él, si hasta me suplicó!
—No sé, no sé —decía Pau. al tiempo que se frotaba la cabeza con ambas manos—. Mañana mismo hablaré con su médico.
—Quizás a su edad tenga algo de demencia y le tengamos que dar alguna medicación —dedujo Sara.
Bueno, mañana, llamaré al médico a primera hora de la mañana, antes de irme a trabajar —concluyó Pau.
—Sí, yo también creo que será lo mejor —dijo Sara.
Pocas horas después, esa misma noche, mientras estaban cenando, miraban en las noticias en la televisión un segmento dedicado a las próximas elecciones, que en cuatro meses tendrían lugar y de los nuevos candidatos que se postulaban a ellas. La periodista que daba las noticias dijo:
—Ahora entrevistaremos a nuestro próximo candidato a las elecciones: Antonio Pérez.
—¡Oh no!, —dijo el abuelo Jaume al ver la imagen del candidato, al tiempo que se le caía la cuchara al suelo, y casi tira el plato también.
—¡Ya están aquí, ya están aquí! Tengo que darme prisa o será tarde.
—¿Qué te pasa Jaume? —dijo su nuera.
—Sí, qué te pasa, papá... —añadió Pau.
(Mientras Joel, su nieto, se quedaba perplejo, con la boca abierta)
—¡Ya han llegado, Los Hombres de Púrpura, ya han llegado!
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Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)
Ciencia Ficción¿Qué harías si descubrieras que no existes realmente, pero al mismo tiempo eres una pieza clave para la supervivencia de millones de seres...? ¿Qué harías si tuvieras una cualidad única especial, y por ello corriera peligro tu vida? Descúbr...