CAPÍTULO 6: NECESITO VER A ESE CHICO

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Gradualmente el abuelo Jaume se fue calmando. Se dio cuenta de que ponerse de aquella manera no ayudaba mucho a que confiaran en él.

Lo que quería explicarles era difícil de creer. Por otra parte su hijo Pau, siempre había sido una persona muy reservada y fría con él. Nunca supo qué pensaba realmente de las cosas. Cuando se casó con Sara, aún se volvió más hermético.

Nunca incluían a Jaume o le comentaban los planes de la familia. Lo mantenían al margen.

Aunque Pau era su propio hijo, no lo consideraba la persona más idónea para contarle un secreto de tanta trascendencia.

En cambio, su nieto Joel era muy diferente. Siempre había sido muy cariñoso con él.

Le tenía la suficiente confianza como para explicarle sus problemas, en la escuela, con sus amigos, si le gustaba alguna chica, etcétera.

La falta de atención que recibía de sus propios padres, Pau y Sara, era compensada por la de su abuelo Jaume. Aunque era una persona mayor, siempre le supo comprender, y para Joel, aparte de ser su abuelo, era su mejor amigo.

Jaume tenía que darse un tiempo para pensar, en cómo obtener la ayuda que necesitaba para contactar con el chico que le sustituiría a él. Sabía que no tenía demasiado tiempo, por un lado el mismo ya era bastante mayor y, por otro lado, ya habían aparecido los hombres de púrpura.

Como aún se encontraba con bastantes fuerzas, podía salir a la calle él solo, sin nadie que lo acompañara. Tenía muy claro que mantener ese encuentro en su propia casa, sería difícil y Pau su hijo en vez de ser una ayuda, más bien sería un estorbo para dicha ocasión.

Empezó a salir con bastante más frecuencia y la duración de sus paseos aumentó.

En su mente sabía cómo sería ese sustituto, y hasta sabía su nombre -Ricky -, se lo dijeron mucho tiempo atrás. Pero ahora tenía que encontrarlo, para contarle cuál misión le correspondería hacer, y también para darle ese pequeño chip en forma de pastilla, que Ricky se tendría que tragar y le ayudaría a reconocer a «Los hombres de púrpura», que hasta ahora, solo él, Jaume, podía ver.

Debido a lo valioso del chip, lo tenía escondido en una pequeña caja que había guardado junto con otras posesiones valiosas que tenía, como diamantes, joyas, entre otras perlas, que estaban depositadas en la caja fuerte de su banco.

Durante sus años como abogado de prestigio, y también debido a su gran habilidad en los negocios y las inversiones, había conseguido hacer una fortuna.

Jaume tenía hecho un testamento en el que repartiría su herencia en 50% para su hijo Pau, y el otro 50% estaría destinado para su nieto Joel.

Es verdad que podía haber repartido esa herencia en vida, pero tanto Sara, su nuera, como su hijo, eran personas bastante ostentosas, que les gustaba alardear ante sus amistades de las posesiones que tenían o las novedades que adquirían cuando se compraban algo nuevo.

Por eso Jaume no quería ver tal desagradable espectáculo de vanidad en su vida, que sin duda harían su hijo y su nuera si les repartía su herencia en el presente.

Por otra parte sabía que Joel, su nieto, sí que haría un buen uso del dinero que recibiera y que no lo malgastaría tontamente. Ya solo le faltaban a Joel unos pocos meses para tener la mayoría de edad.

Joel siempre había estado apasionado con todo aquello relacionado al espacio y las naves espaciales. Su sueño era el poder llegar a trabajar en la nasa.

«¡Quién sabe! -pensaba Jaume- ­­si algún día llega a conseguir ese sueño».

Para tal fin ahora estaba culminando sus estudios, iba a escoger la carrera de ingeniería espacial.

Los Conectores 1: Descubriendo Aurin (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora