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Eran las 10 en punto, la Reina ya se habia levantado, al igual que las princesas, solo Louis estaba durmiendo.

Aunque al ser su cumpleaños, tenia merecido descanzar de sus tareas, claro que Johanna no lo dejaria holgazanear todo el dia, pero al menos lo dejaba dormir hasta tarde. Harry, al no estar Louis, tenia mucho menos que hacer por lo que pasaba el tiempo restante cumpliendo encargos o dejando que las niñas trenzaran su cabello, por más corto que fuera, Harry jamás las subestimaría.

Louis se levantó por su cuenta, media hora más tarde, Harry pudo notarlo al pasar por el pasillo, sabía que debía empezar con sus tareas así que se despidió de las niñas, siguiendo a Louis con pasos apresurados casi pisando sus talones.

-Buenos días, Harry.

El nombrado pegó un salto hacia atrás, no pretendia ser descubierto, contaba con la pereza que tenía el mayor al despertarse, al parecer sus sentidos estaban alerta, de otra manera ni siquiera lo habría escuchado.

-B-buenos días, principe Louis... Su madre me pidió que no lo molestaramos por eso no le lleve el desayuno temprano, el almuerzo se servirá pronto pero puedo servirle un té si gusta.

Louis sonrió. Harry no podia verlo, pero el ambiente se sentia tranquilo, el mayor no parecia ni tenso, ni enojado ni impaciente.

-Gracias, Harry, un té me vendría bien... ¿Podría tomarlo en la biblioteca?

El ceño del menor se frunció, notablemente confundido asintió, buscaría la forma de pasar su descanso en otro lado si Louis quería la biblioteca para él. Se adelantó a bajar las escaleras antes que Louis lo alcanzara, pero su deseo de hablar con él lo estaba superando.

-Principe Louis... Feliz cumpleaños, por cierto. No tengo regalo, pero... aun así no lo olvide-. Decidió hacer una pausa para admirar la sonrisa que el ojiazul le dedicó. Hubo una pequeña pausa pero antes de que Louis abriera la boca, Harry prosiguió.- Y muchas gracias por defenderme ayer... te debo una grande.

Luego de eso simplemente bajó por las escaleras y desapareció de la vista del cataño.

Tal como Louis pidió, su desayuno le fue servido en la biblioteca. Harry supuso que el principe quería tranquilidad y él estaría dispuesto a darsela. Pero antes de que pudiera desaparecer por las puertas una vez más, sintió como su hombro chocaba contra algo más, echandolo hacia atrás en el momento.

-Oops.-murmuró por lo bajo, tirado en el suelo. Porque si, su torpeza lo había arrojado al piso.

Lo proximo que vió fue la sonrisa de Louis y su mano extendida para ayudarlo a levantarse.

-Hola.

Harry se sintió enrojecer antes de aceptar la mano del principe. Se levantó con su ayuda sacudiendo su ropa antes de hacer una mueca avergonzada.

-¿Estas bien? Lamento haberte tirado, estoy muy desconectado ultimamente.

Y Harry no quiso meterse, de verdad que no quería que Louis pensara que era un chismoso como todos los empleados del palacio. Pero como siempre, su boca se movió sola antes de que pudiera detenerse.

-Lo he notado... ¿Puedo preguntar a que se debe?

Louis suspiró antes de acomodarse en el gran sillón para disfrutar de su té como era debido.

-No sabría decirte, en verdad... Estoy nervioso. Mamá dice que necesito una compañera para gobernar el reino y quiere presentarme a varias princesas, pero no se como decirle que no me interesa ninguna. Es un poco complicado. Además hoy cumplo 19 años, tendría que haber asumido la corona cuando cumplí la mayoría de edad, pero decidí esperar.

At the feet of the prince (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora