At the feet of the prince (Larry Stylinson)

21

Harry se desperezó frotando sus ojos como si de un niño pequeño se tratara antes de erguirse en la cama. Un poco desorientado buscó por toda la habitación queriendo encontrar alguna señal de que su novio estuviera allí, pero no fue así. Con toda la pereza que lo caracterizaba en las mañanas suspiró levantándose del todo y procediendo a vestirse. Una vez que su cama estuvo pulcramente arreglada bajó para preparar el desayuno y empezar con su rutina de todas las mañanas. Claro que se sorprendió de ver a la reina sentada en la mesa disfrutando de un té mientras leía.

-Buenos días su majestad, no esperaba encontrarla despierta.

La reina le dedicó una sonrisa a modo de saludo y dejó su taza a un costado mientras lo observaba. Harry le devolvió la mirada a la espera de recibir algún pedido, sin embargo la reina solo lo invitó a sentarse un rato.

-Harry, querido. Cuéntame... ¿Te encuentras bien? Te noto un poco pálido muchacho... ¿El príncipe es demasiado trabajo para ti? Porque si es así puedo ponerte a cargo de las gemelas y buscar otro tutor para Louis.

Harry frunció el ceño sintiéndose un poco fuera de lugar ante la repentina "preocupación" de la reina. Se aclaró la garganta antes de responder con suavidad.

-Uh... No, su majestad. El príncipe Louis y yo nos llevamos muy bien. Él es un poco terco, si me lo permite pero disfruto pasar las tardes con él. Puedo ver que se está esforzando en esto, Majestad. Él realmente quiere ser un buen heredero.

Harry no podía hablar con más orgullo de su novio. Sabía que Louis era un caprichoso y terco, sabía que entrenarlo no era cosa facil pero él estaba feliz de verlo progresar, de verlo esforzarse y de como siempre hablaba con tanto anhelo acerca del reino que en algún momento gobernaría. Claro que también entre todas esas promesas le dijo que en el momento en el que Harry cumpliera sus 21 años ellos dos se casarían. Y que cuando Louis heredara el trono presentaría a Harry como su pareja oficial. Por su puesto que Harry puso el grito en el cielo al escucharlo y lo mandó a callar diciéndole que se había vuelto completamente loco que jamás lo dejarían en paz y otro par de cosas. Pero la reina no tenía que saber eso. Con todo el nerviosismo que lo abundaba suspiró rascando su nuca a la espera de que la vieja mujer dijera algo.

-Lamento molestarte mientras estás trabajando querido. Me temo que sólo buscaba una buena charla antes de empezar el día, no he dormido del todo bien. En fin, te dejo para que empieces, y por favor hazle saber a Louis que Lord Victor y Lady Eleanor nos esperan para almorzar con ellos. Asegúrate de que esté listo para marchar al mediodía.

Con un picor en su garganta Harry suspiró asintiendo y procediendo a preparar el desayuno. Subió las escaleras bajo la atenta mirada de la reina y sólo se dirigió a la habitación de Louis antes de hacer cualquier otra cosa. Decidió ignorar los comentarios de ésta para empezar bien la mañana, aunque estviera celoso de Eleanor, Harry sabía que al final del día Louis siempre lo eligiría. Así que como normalmente acostumbraba hacer luego de cerrar la puerta y dejar la bandeja de desayuno en una pequeña mesa al lado de la cama abrió las cortinas y luego se tiró a la cama. Tal cual, de un salto. Sólo aplastando a Louis y llenandolo de pequeños besitos. Escuchó su ronroneo y él sonrió satisfecho.

-Buenos días su majestad, necesito pedirle que levante su trasero real de la cama y proceda a vestirse.- Harry se estiró para morder la linea de la mandibula de Louis a lo que éste gruñó pasando un brazo al rededor de su cintura posesivamente evitando que se separara-. Vamos, Lou, tu madre se encargó de arruinarme la mañana diciendo que tenías un almuerzo con Lady Eleanor.

El mayor se volteó para observarlo y de paso dejar un pequeño beso en sus labios. Harry sonrió ampliamente extendiendo su mano para apartar su flequillo. Se paró en sus rodillas esperando que Louis le hiciera caso y se levantara. Desde donde estaba se dedicó a admirarlo. Louis se veía tan hermoso al despertar que Harry solo quería complacerlo y quedarse con él en la cama. Aprovechó que éste estaba distraido para tomar una almohada y golpearlo con fuerza, Louis rió intentando defenderse del ataque, aferrándose a sus rodillas hizo fuerza tirándolo hacia abajo para que cayera a la cama. El menor solo chilló antes de safarse de su agarre y volver a tirarse encima de un Louis medio-despierto.