24.La revelación de un pasado incierto

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Logro irme de casa de los Hattway y dejo tranquilo a Gabriel, al principio se puso algo reticente con dejarme ir.

No estaba seguro si era correcto hacerlo por todo lo que me había revelado.

No fue algo que no pude solucionar.

***
Solo se me ocurre llamar a una persona.

A mi hermano.

Él no me mentiría.

-¡Hola bichito! -me saluda alegre.

-Hola, Alex-digo algo rota por dentro.

Mi mellizo se percata de ello.

-¿Qué tienes princesa? -pregunta preocupado y yo ya no puedo más, le cuento absolutamente todo, desde lo de papá hasta lo último de Gabriel.

Me sorprendo cuando mi hermano me dice que ya él sabía lo de nuestro padre, que no me quiso decir por no herirme... Que hasta conoce a nuestro medio hermano y a la mujer por la cual nuestra familia se dividió.

Esa confesión hace que olvide lo de Gabriel momentáneamente.

-Me siento algo traicionada. -le digo-No puedo creer que los conozcas.

Él suspira, nota cierto desdén de mi parte cuando menciono a esos.

-No son como imaginas, quise odiarlos, maldita sea si no, sí que lo quise, pero no pude... -empieza a decir y toma aire-...La mujer no sabe nada, pobre, es demasiado buena para papá,ella no se merece eso, como no se lo merecía mamá... El único que lo supo fue el hijo, pero no quiso decir nada para no dañar a su madre,es buena persona,¿Sabes?,me recuerda a ti.-puedo imaginarmelo sonriendo al otro lado de la línea. -Deberías darles una oportunidad.

Pienso que es buena idea, perdonar pecados que no son de ellos, sería buena cura para mi ya de por sí, dañado corazón.

-Lo haré. -digo vehemente -Pero antes quiero aclarar mi mente con respecto a lo de Gabriel.

-¿Sabes?, creo que es buena idea que se vayan a casar. -dice mi hermano... O bueno, el que creo que es mi hermano.

-¡Estás loco!, ¡Eso no funciona así!, te juro que no entiendo qué hace mi padre metido dentro de todo esto.-digo empezando a sulfurarme.

-Pronto entenderás-Dice con mucha paciencia -Solo... No te estreses.

Él lo sabe... Y no me quiere decir nada.

-¿Porqué nadie me dice nada? -pregunto en un murmullo. Dolida porque él me oculte algo.

-Porque no es el momento-frunzo el ceño-Ya sabes, negocios.

¡Negocios, negocios!... ¡Al parecer toda mi jodida vida fue un negocio!.

-Están locos ¡Por Dios, los tiempos ya cambiaron!¿Cómo se les ocurre venderme como mercancía?. -me quejo.

-Bueno, que los tiempos hayan cambiado no quiere decir que estas cosas no se sigan viendo, porque lo hacen, en menor medida, pero es así. -dice mi hermano y siento que me oculta tantas cosas. -Además, yo no te he vendido, no pluralices, todo esto es cuento de papá.

-Dime la verdad-le digo por fin. -Desembuchalo todo.

-No pasa nada, tu siempre tan desconfiada, por una vez en tu vida sigue la maldita corriente, Alexa,no vuelvas a hacerlo más difícil.-las palabras de mi hermano calan hondo y me confirman que hay algo de lo que no estoy enterada...algo que ya ha pasado o estado a punto de pasar con anterioridad.

-Bien, adiós -me despido de forma seca.

***
(Alex)

Miro fijamente el teléfono  y me pregunto si alguna vez mi hermana se habrá imaginado que su visa ha sido constantemente manipulada.

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