Al final del día terminaron las compras navideñas. A Millard le compraron un ejemplar del origen de las especies de Charles Darwin en una librería. Para Jacob eligieron un suéter color azul cielo. A Miss Peregrine le compraron unos aretes plateados con forma de halcones peregrinos y un suéter con dibujos de abejas para Hugh. Incluso hasta Addison tenía regalo. Enoch cargaba con las bolsas para subirlas al auto. Olive se subió al asiento del copiloto. Enoch en el del conductor. Cerro la puerta al subir. Olive lo jalo por el suéter y se estiro para besarlo. Enoch le devolvió el beso. Sonrió.
-Nada más nos estamos besando Olive. Tengo que poner en marcha el auto…-Olive lo interrumpió volviéndolo a besar. Enoch se inclino un poco más para alcanzarla. Enredo sus dedos entre su cabello. Deslizo su boca por su cuello. Siguieron así por unos minutos besándose. Enoch alzó un poco la camisa de Olive. Olive se separo.
-Tienes razón. Tenemos cosas que hacer.-Dijo sonriendo. Enoch gruñó. Ahora que no quería parar ella paraba.-Tranquilo tenemos todas las vacaciones para eso.
-Bueno si.-Dijo sonriendo maliciosamente. Enoch le dio un ultimo beso en la boca y encendió el auto. Salió del estacionamiento del centro comercial. Enoch sentía que algo se le olvidaba. Ya habían comprado todos los regalos. Pero… dio un frenón a media carretera. ¡El regalo de Olive! ¡Se le había olvidado! Olive rebotó a su lado. De no ser por el cinturón de seguridad habría rebotado contra el vidrio del parabrisas.
-Enoch maneja con cuidado.-Dijo Olive un poco molesta. Enoch movió la cabeza a los lados.
-Lo siento aceituna. ¿Estas bien?-Pregunto preocupado. Le llamaba aceituna de cariño. Ella asintió. Enoch reanudo la marcha. Lo bueno que no iba auto atrás si no habría chocado contra ellos. Enoch manejo todo el tramo distraído. No sabía que regalarle. Ropa. No, era aburrido. Joyas. Olive no usaba joyas más que su medallón octagonal que nunca se quitaba. Libros. Ya tenía demasiados. Enoch estaba muy confundido. Llegaron al departamento en quince minutos. Bajaron del auto las cosas y subieron al departamento. Olive abrió la puerta del departamento porque Enoch iba cargado con los regalos de todos. Los dejo en el sofá. Olive cerro tras de el. En la hora siguiente, Enoch le ayudó a Olive a envolver los regalos. En eso se le ocurrió una gran idea, como lo eran todas sus ideas (aja, si tu). Ya sabía que regalarle a Olive…