Oro vacío

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Tampa, Florida
Ubicación temporal: presente actual (después de Biblioteca de Almas)

Enoch sentía que su vida no valía nada. Ahora que Olive no estaba se sentía vacío. Muy vacío. Olive había muerto. Ella se había quedado a cuidar de Claire cuando estuvieron en la casa de fieras. Él no la quería dejar pero no le quedo otra opción. Un día más tarde los wights llegaron al bucle de Miss Wren (donde estaba la casa de fieras) buscándolos. Todos se escondieron. Los wights no se rindieron tan facil, decidieron aplicar gas para que salieran. Ahí fue cuando Claire y Olive salieron de su escondite. Los wights las atraparon enseguida, pero Olive no se iba a dar por vencida fácilmente. Trató de hacer fuego. Quemó al wight, pero ella no se dio cuenta de que atrás estaba el barranco. El wight la empujó en el forcejeo y cayó por el barranco. Según palabras de Emma, que fue quien le dijo. Enoch pensó por un momento que lo estaba engañando, aunque al ver las lagrimas en los ojos de Emma supo que era verdad. Recordó el día en que la conoció:

-Me llamo Olive ¿y tú?-Preguntó una niña con rizos pelirrojos y grandes ojos verdes. Enoch gruñó. Levantó la mirada de sus soldados de arcilla. La niña vestía con un vestido de holanes blanco y zapatos negros. Sobre su cabellera roja llevaba una diadema con forma de corona. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes color negro con orillas moradas. Le sonreía. Recién acababa de llegar. El mismo acompañó a Miss Peregrine por ella a un circo. Miraba con curiosidad sus soldados.

-Enoch.-Respondió el niño mientras se abrochaba una hebilla de su overol de mezclilla. Olive se sentó a su lado sobre el pasto. Señaló los soldados de arcilla.

-¿Qué estas haciendo?-Preguntó curiosa. Enoch destapó un frasco con pequeños corazones de lagartijas. Olive lo miro con extrañeza. Enoch introdujo con ayuda de las pinzas los pequeños corazones en el pecho de los soldados.

-Estoy jugando.-Contestó Enoch poniendo un dedo sobre el pecho de un soldado. El soldado comenzó a caminar poco a poco. Olive retrocedió un poco sorprendida.

-¿Puedes darle vida a los soldados?-Preguntó con sorpresa. Enoch asintió.

-Si. A cualquier objeto o cuerpo inanimado.-Enoch tocó con cuidado el pecho de los demás soldados. Hizo que pelearan entre ellos. Olive miró con mucho entusiasmo a los soldados pelear. Pasó un minuto hasta que les ordenó que se quedaran quietos.-Aunque solamente es temporal. Siempre hacen lo que quiero.

-¡Eso es increíble!-Exclamó Olive sonriendo. Enoch la miró como si estuviera loca. ¿De verdad le gustaba su peculiaridad? La mayoría de las personas le tenían miedo por lo mismo de que levantaba muertos.

-¿No tienes miedo?-Preguntó Enoch incrédulo. Olive negó con la cabeza.

-No. ¿por qué debería tenerte miedo, Enoch?-Respondió Olive. A partir de ese día, una extraña y compleja amistad se formó entre ellos.

Enoch se levantó del escalón del frente de la casa de Jacob al oír el llamado de Miss Peregrine para la cena. Entró a la casa con paso lento y desganado. Adentro los demás peculiares veían la televisión. Enoch entró directamente a la cocina. Miss Peregrine estaba sirviendo la comida en un plato. Enoch le ayudó a servir la comida. Miss Peregrine le sonrió.

-Gracias Enoch.-Dijo Miss Peregrine. La mujer galesa salió de la cocina a ver a los gemelos (se estaban peleando por algo) dejando sólo a Enoch sirviendo. Él joven se rio de si mismo. Sentía la cocina muy sola sólo estando él. Nunca se quejó de su soledad hasta ese momento. El momento en que Olive faltó.

-¿Sabes algo, Enoch?-Dijo una Olive de quince años mientras batía chocolate dentro de un tazón en la cocina. Miss Peregrine los había puesto a ayudar con la cena de ese día. Enoch levantó la mirada de las verduras que cortaba.

One-shots Enolive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora