Año nuevo, nueva vida

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31 de diciembre de 1942
Cardiff, Gales.

Enoch O’Connor caminaba al lado de Miss Peregrine. Se abrochó el abrigo gris que llevaba puesto. El aire helado de invierno le congelaban las mejillas. Las personas hacían compras de ultima hora para año nuevo. La nieve se apilaba en las calles. Las calles de tierra de Gales eran un poco angostas. Los carros casi le pasaban rozando su costado. No le ayudaba el hecho de que fuera de espaldas anchas a Enoch. El joven miro con cara de fastidio a las personas que pasaban a su lado. Miss Peregrine le sonrió.
-Créeme, te gustara a donde vamos.-Dijo Miss Peregrine. Enoch resoplo.
-Lo dudo mucho puesto a que me saco de la seguridad de mi laboratorio.-Rezongó Enoch. Miss Peregrine literalmente lo había arrastrado fuera de su laboratorio para ir al circo. Según ella iban a buscar nuevos peculiares. Sospechaba que Miss Peregrine ya había dado con el peculiar por la insistencia y emoción que mostró durante el camino. Avanzaron unos cuantos pasos más afuera de Cardiff, hasta que llegaron a una gran carpa de circo con rayas rojas y azules. Muchas personas se apiñaban en una fila frente a la taquilla. Enoch se dirigió resignado a formarse para comprar los boletos. Miss Peregrine lo agarró del brazo quitándolo de la fila.
-Pero Miss Peregrine para entrar necesitamos boletos.-Dijo Enoch mientras Miss Peregrine lo llevaba agarrado del brazo a rodear la carpa. Miss Peregrine le sonrió.
-No necesitamos boletos si entramos por detrás.-Respondió. Enoch rodó los ojos.
-Nunca me imagine que usted rompiera las reglas.-Dijo Enoch. Miss Peregrine soltó una risa.
-Hay que hacerlo de vez en cuando.-Atrás de la carpa había una abertura que decía solo para actores. Miss Peregrine soltó a Enoch y entró a la carpa. Enoch la siguió. Lo más seguro era que se metieran en problemas. Adentro, todo estaba tenuemente iluminado con focos amarillos rústicamente instalados por arriba de sus cabezas. Varias personas andaban de un lado a otro listas con su vestuario para actuar. Nadie se percataba de su presencia, o eso al menos creyó Enoch. Miss Peregrine saco su reloj de bolsillo. Checó la hora.
-Dentro de cuatro minutos con cincuenta segundos va a iniciar la función, por lo que sugiero que vayamos a las gradas.-Dijo Miss Peregrine. Enoch solo siguió caminando para salir detrás de bambalinas. Justo cuando salían, Enoch chocó con una chica pelirroja. Su vestido era rosa con lentejuelas. Tenía unos ojos grandes color verde. Su mirada era penetrante.
-Lo siento joven.-Musito ella antes de seguir con su camino. Tenía una voz suave. Enoch volteo a verla mientras se iba. Era muy bonita, debía de admitirlo. Volteo a ver a Miss Peregrine, que se había adelantado y ya estaba en las gradas. Un gran escenario se instalaba sobre el suelo de tierra. Enoch subió a las gradas y se sentó al lado de Miss Peregrine. Esperaron unos minutos, hasta que las luces se apagaron. Los reflectores apuntaron al escenario. La verdad era que Enoch nunca había ido a un circo. Cuando tu padre se la pasa maltratándote la mayoría del tiempo no quedaban ya ganas de pasar tiempo con el. Un señor regordete de cabello negro salió al escenario. Iba enfundado en un traje color morado, muy estrafalario. Ninguna persona en su sano juicio usaría un traje como el del señor, bueno, Horace tal vez si. Pidió silencio.
-¡Damas y caballeros!¡Niños y niñas! ¡Bienvenidos al circo ambulante!-Las personas aplaudieron a excepción de Miss Peregrine y Enoch.-¡Esta noche presenciaran los mejores actos de magia y acrobacia!¡Así como a la mejor traga fuego de toda Inglaterra!
La función dio comienzo con unos payasos correteándose por todo el escenario. Enoch odiaba los payasos porque simplemente eran estúpidos. Después de los payasos unos acróbatas hicieron acrobacias en el aire. Simples aficionados. Ningún peculiar hasta ahora. Enoch estaba más aburrido que se comenzó a dormir. No había podido dormir bien esa noche por sus pesadillas. Casi al final, el presentador de traje morado salió nuevamente al escenario.
-¡A continuación el acto que estaban esperando!-Exclamo el presentador.-¡La mejor traga fuegos de toda Inglaterra! ¡Olive!¡Un fuerte aplauso para ella!
Enoch despertó de su sueño. Movió la cabeza a los lados para deshacerse de la sensación de pesadez de sus parpados. Miss Peregrine sonrió.
-Ya va a salir.-Dijo. Enoch la miro confundido.-La peculiar.
Enoch siguio la dirección de la mirada de Miss Peregrine al escenario. La chica pelirroja con la que había chocado estaba ahí. Llevaba un vestido de tirantes rosa con lentejuelas que le llegaba unas pulgadas arriba de la rodilla. Sonreía radiantemente a todo el publico que aplaudía enloquecido. Unos hombres le chiflaron. Enoch se sentó derecho en su asiento. Sus facciones eran finas. Era muy bonita. Enoch quito esos pensamientos de su mente. Puso atención a Olive. Se paro en medio del escenario. Extendió las manos a los lados. No tenía nada sobre ellas. De repente, sus manos crearon una especie de chispa que luego se torno a una llama naranja con azul de gran tamaño. Enoch abrió los ojos como platos. Era una piroquinetica. Nunca había conocido a una en persona o al menos visto a una persona controlar el fuego. Ella era peculiar.
-Increíble ¿No lo crees?-Dijo Miss Peregrine a Enoch. El solo asintió. Lo tenía cautivado. Olive hizo que las flamas se convirtieran en bolas de fuego. Con ellas hizo malabares. Nunca vio a Olive recibir una quemadura. Le resultaba natural hacer eso. El publico aplaudió. Enoch se vio haciéndolo al igual que Miss Peregrine. La pelirroja se detuvo. Las bolas de fuego volvieron a ser llamas titilantes.
-¡Que ardiente es esa chica!-Dijo un hombre del publico que estaba más debajo de donde se encontraban Enoch y Miss Peregrine sentados. Olive apago las llamas con un solo movimiento de mano. Se llevo la mano derecha a la boca y soplo. Una gran llama salió cuando soplo. La llama espanto a algunos del publico. Solo Enoch y Miss Peregrine no se asustaron. Ella sonrió. Su acto termino con ella llevándose a la boca una de sus manos en llamas. No se quemo. El presentador volvió. La pelirroja se dio la vuelta y se dirigió a detrás de bambalinas. Enoch solamente sabía que quería volver a ver a la chica. Miss Peregrine agarro a Enoch de la manga del abrigo.
-Ya es hora.-Se levanto seguida por Enoch. Bajaron de las gradas y avanzaron a la abertura por donde se fue la chica.

Olive se dirigía al carromato donde dormía y vivía cuando una voz femenina la sobresaltó. El aire era helado a causa del invierno. La nieve se apiñaba en el suelo. La función había sido lo mismo de siempre. Ella prendiendo sus manos y haciendo unas cuantas cosas para impresionar. Lo más probable es que Carl la terminara regañando por no haber hecho la reverencia al publico y haberse salido así sin más. Seguía enojada por lo del vestido. Esa mañana Carl le había dicho que quería que saliera con ese vestido que mostraba más carne de la que podía cubrir. Sus manos se calentaron al recordarlo.
-¡Miss Elephanta!-Ella se detuvo abruptamente. Ninguna persona del circo la llamaba así. Era su verdadero apellido. Se dio la vuelta lentamente. Una mujer joven de cabello corto color negro perfectamente peinado estaba frente a ella. Llevaba un abrigo largo azul marino y guantes. Sostenía un bolso entre sus manos. Era muy hermosa. A su lado estaba un joven alto de cabello y ojos castaños. Su rostro era muy anguloso. Tenía unos pómulos muy marcados. Iba enfundado en un abrigo color gris oscuro. Era el mismo joven con el que choco antes de que iniciara la función. Tenía el semblante contraído en una mueca. Eso no le quitaba que fuera guapo. Olive los miro confundida.
-¿Quiénes son? ¿Qué sucede?-Preguntó Olive dudando un poco. Casi no se le acercaban las personas más que curiosos para preguntarle su secreto tras su acto o algunos hombres que trataban de coquetear con ella. Hacía mucho tiempo que Carl no la dejaba tan libre como lo estaba ahora. La mayoría del tiempo se la pasaba recluida en su carromato para que no escapara. Sabía que eso no duraría mucho, Carl llegaría en cualquier momento. La mujer sonrió. Extendió la mano para saludarla.
-Miss Peregrine un gusto en conocerla.-Olive estrecho su mano. Era muy suave. Señalo al joven a su lado.-El es mi hijo Enoch O’Connor.
El joven solamente asintió. No se veía como una persona muy habladora. Olive entreabrió la boca.
-¿Para que quieren hablar conmigo?-Pregunto Olive. Miss Peregrine habló.
-Soy directora de un orfanato para niños como tu. Personas… peculiares.-Olive no le entendía nada. Enoch soltó una risa.
-Le dije que no tenía conocimientos sobre lo peculiar.-Miss Peregrine lo miro frunciendo el ceño. Con eso se calló. Miss Peregrine reanudó su discurso.
-Antes recibíamos el nombre de syndrigast todas las personas que podíamos hacer cosas que los otros no, como en el caso de Enoch, que puede tomar la vida de una cosa y dársela a otra. O en el mío, que puedo manipular el tiempo y transformarme en ave. Syndrigast significa “espíritu peculiar” en el verdadero idioma de nuestros antepasados.
-Espere ¿Usted se puede transformar en una ave?-Pregunto extrañada Olive. Ese día le estaba resultando muy extraño. Miss Peregrine sonrió ladeando la cabeza.
-Si ¿De que otra manera manipularía el tiempo?-Dijo Miss Peregrine. Enoch a su lado parecía incomodo. No podía creer lo que le estaba diciendo. Olive entreabrió la boca.
-¿Y como se que lo que me dice es verdad y no una mentira para llevarme?-Dijo Olive tratando de sonar firme. Miss Peregrine rio. Le dio el bolso a Enoch. Estiro los brazos. Enoch le dedico una mirada desaprobatoria.
-Miss Peregrine ¡Esta usted demente! ¡Estamos en un lugar donde personas pueden verla!-Exclamo Enoch tratando de detener a su madre. Miss Peregrine frunció el ceño cuando Enoch le dijo demente. Lo miro con los ojos afilados.
-¡Esa boca Míster O’Connor!-Exclamo Miss Peregrine. Enoch solo se encogió de hombros. Le hizo un gesto con la mano.-Yo se lo que hago. Extiende un brazo.
Enoch extendió el brazo izquierdo de mala gana. Miss Peregrine extendió ambos brazos a los costados. En un abrir y cerrar de ojos la mujer que estaba frente a ella se transformo en un majestuoso halcón peregrino. El halcón voló a su alrededor hasta posarse en el brazo de Enoch. Olive no daba crédito a lo que veía. Enoch alzó las cejas. El halcón ladeo la cabeza.
-Ves. Te estamos diciendo la verdad.-Dijo Enoch con Miss Peregrine aún en el brazo. Sus garras estaban cuidadosamente puestas de modo que no se le enterraran a Enoch.-El orfanato en el que vivo esta a una hora de aquí en ferri.
-¿En donde esta?-Preguntó Olive más curiosa. Enoch suspiro. Era un joven que se veía que ocultaba cosas.
-En Cairnholm. La isla pertenece a Gales.-Respondió.-Ahí esta nuestro bucle.
-¿Bucle?-Enoch parecía desesperado ante las preguntas de Olive. No hubo tiempo de que Enoch respondiera la pregunta porque Carl llegó.
-¡¿Qué rayos estas haciendo Olive?!-Gritaron desde la carpa. Olive y Enoch abrieron los ojos como platos.

Enoch se giró rígidamente a donde provenía la voz. Era el presentador del circo el que le gritó a Olive. Miss Peregrine se puso tensa en su brazo. El hombre regordete se aproximo a donde estaban ellos. El rostro de Olive mostraba miedo y algo más. El hombre de detuvo frente a Enoch.
-¡No es tiempo para que estés coqueteando Olive!-Miro el halcón posado en el brazo de Enoch. Realmente no le gustaba como le estaba hablando a Olive. Enoch sintió la ira filtrarse por sus venas. Enoch frunció el ceño y le respondió.
-No esta coqueteando conmigo señor. Ni yo estoy coqueteando con ella.-Dijo Enoch con un tono frío.-Solo estoy hablando de algunas cosas con ella que no le incumben a usted.
-¡Que descaro!-Dijo el presentador enojado. Enoch seguía con Miss Peregrine en el brazo. El hombre agarró a Olive del brazo y la jaló.-¡Vámonos mocosa! ¡No tienes nada que hablar con este tipo!
Olive hizo un sonido de dolor cuando la agarro. Podría haberlo quemado pero no lo hizo. Se dejo arrastrar por el. Enoch, impotente no sabía que hacer. Los vio avanzar hasta un carromato. La aventó dentro de este y la encerró con llave. El hombre volvió a donde estaban. Enoch irguió su espalda. No se iba a doblegar ante el.
-Y tu ¡Vete de mi circo! ¡No quiero volver a verte a ti o a tu pajarraco!-Miss Peregrine hizo un sonido de molestia. Estiro las alas, lista para atacar. Nadie le decía a ella pajarraco. Enoch sonrió burlonamente.
-Créame señor, no debió haber dicho eso.
Miss Peregrine se abalanzo contra el señor con las garras extendidas. El señor gritaba tirado en el suelo de dolor por los arañazos que le estaba haciendo el halcón. Enoch, rápidamente le quito las llaves de la mano. Se dirigió a el carromato donde estaba encerrada Olive. Insertó la llave en la cerradura. La giro y la puerta se abrió con un fuerte crujido. Olive estaba arrinconada hasta el fondo. Estaba sentada con el rostro cubierto por sus manos. Sollozaba. Enoch metió las llaves en su pantalón y entro al carromato. Avanzó lentamente a donde Olive lloraba.
-Vete Carl no quiero hablar contigo.-Dijo aun con las manos en su rostro. La verdad es que Enoch no sabía como tratar con una situación como esa. En la casa, quien trataba con esas situaciones era Miss Peregrine, pero en ese momento estaba ocupada. Enoch se arrodillo en donde estaba. Olive lanzo una pequeña bola de fuego que se impacto en la pared metálica del carromato. Enoch se agacho antes de que le diera. Soltó una maldición.-¡Vete!
-No soy Carl.-Dijo Enoch. Olive desenterró la cara de sus manos en cuanto hablo. Lo miro sorprendida. Sus ojos estaban rojos por haber llorado.
-Lo siento.-Musito volviendo a bajar la mirada.-Por la bola de fuego y los problemas que te cause.
-Eso no es nada comparado a los problemas que Millard me a causado.-Dijo Enoch tratando de restarle importancia. Enoch se sentó frente a Olive. Ella suspiro.
-Siempre causo problemas ¿Sabes?-Dijo.-La primera vez que pude hacer fuego tenía diez años. Queme mi cama y luego la casa donde vivía. Mi mama murió en el incendio. Mi padre me mantuvo recluida por años en un sótano. Me decía que era un monstruo por haber matado a mi madre. Me tenía miedo. Luego escape una noche. El hombre que me encerró aquí me convenció de que me uniera a su circo. Me convenció con falsos argumentos de que tendría libertad, la gente no me tendría miedo, me aceptaría y eso. Y hasta la fecha no he visto nada de eso. Tal vez no me aceptan porque soy un monstruo.
-No. No eres un monstruo. De eso estoy seguro.-Dijo Enoch después de un rato en silencio.-Yo también creía lo mismo antes de que Miss Peregrine llegara a mi vida. Aunque no se lo digo a muchas personas ella me ayudó mucho cuando nadie más lo hacía. Y creo que también te ayudara a ti. Ven con nosotros.
Ella negó con la cabeza. Volvió a enterrarla entre sus manos. Enoch suspiro y se acerco más a ella.
-Por favor. Ven con nosotros.-Volvió a insistir Enoch.-No tienes nada que temer.
Olive no desenterró la cara de las manos. Seguía llorando. Sabía que lo siguiente que iba a hacer sería algo muy imprudente y peligroso, pero aun así lo hizo. Tomo la mano de Olive. Estaban más frías de lo que se había imaginado. Ella alzó la mirada. Sus hermosos ojos verdes lo miraban con sorpresa. Olive trato de retirar su mano pero Enoch la apretó más.
-¿Qué haces? Te puedo quemar.-Dijo Olive con la voz ronca. Enoch puso su mano sobre su mejilla. Su mano era muy suave.
-Olive tienes que entender que eres…-Trató de buscar las palabras en su mente.-Maravillosa. Y que por ende no eres un monstruo. Eres todo lo contrario a eso. Mereces más que la libertad. Todos merecemos más que eso. Por favor ven con nosotros. Te ayudaremos a controlar tu peculiaridad. Por favor.
El sollozo de Olive se detuvo. Lo miraba muy sorprendida, como si las palabras que acababa de decir fueran lo más bonito que le habían dicho en su vida. Olive retiro la mano de su mejilla. Para sorpresa de Enoch, Olive lo abrazo. Fue el abrazo más cálido que había recibido en su vida. Olive acurruco la cabeza en su pecho. Enoch cruzo los brazos rígidamente detrás de la pequeña espalda de la joven. Después de un minuto lo soltó. Olive sonreía.
-Gracias. Era lo que necesitaba.-Dijo. Enoch la agarro de la mano y la ayudo a levantarse. Ambos caminaron a la salida del carromato. Para ambos, sería el mejor año de sus vidas.

Hola a todos. ¡¡Feliz año nuevo!! Como se podran dar cuenta se me ocurrió algo para este año nuevo. Espero que les haya gustado. La idea se me ocurrio el viernes y el dia de ayer la desarrolle ya bien. El 25 cosas sobre mi tendra que esperar. Si me da tiempo alrato lo subo. Les deseo muy feliz año nuevo a todos ustedes. Pasensela bien. Creo que eso es todo. Les recuerdo que pueden comentar sobre el cap, yo gustosa los leo. Muchas gracias por leer. Buen inicio de año.

Itzel.

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