Jardín

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Junio
Ubicación: Londres, Inglaterra. Escuela Peregrine para jóvenes dotados.

Olive dejó la única maleta que traía sobre el pasto en el jardín. Miró la gran casa. En verdad, lucía como un castillo antiguo. La entrada del castillo tenía escalones. La puerta era de madera gruesa. Los enormes ventanales tenían vitrales decorados con diferentes formas y colores. Árboles se distribuían por toda el área, creando sombras en las que, debajo de ellas había estudiantes. El día era de lo más soleado. Era la clase de días que amaba Olive. Miss Peregrine la esperaba en los escalones del castillo. Ella había llegado una mañana a casa de sus padres con una carta de admisión a una escuela para jóvenes dotados, sin que Olive hubiera hecho un examen. La escuela, explicó, era un internado donde había más niños como ella, que tenían peculiaridades. Sus padres aceptaron; no era como si la quisieran demasiado. Cuando se enteraron de su peculiaridad, la trataron como si fuera una escoria.

La mujer le sonrío. Miss Peregrine era la mujer más hermosa que había visto en su vida. Tenía un cabello corto color negro azulado, su rostro era afilado. Sus ojos eran color azules, grandes, muy parecidos a los de un ave. Su sonrisa lograba transmitir calidez en cuanto la veías, algo muy poco común en las personas mayores. Era de estatura mediana. Vestía con un uniforme color azul marino, que consistía en una falda y un saco. Le sonrío.

-Buenas tardes. Usted debe de ser Miss Elephanta si no me equivoco.-Dijo con un inglés un poco antiguo. Se hizo un lado para que la joven entrara. Olive sonrió con timidez.

-Si.-Murmuró Olive al entrar. Adentro, las paredes altas revestidas de paneles de madera generaban la sensación de inmensidad. Un gran candelabro de cristal se encontraba en medio de la habitación. Había una escalera de madera de cedro en la esquina. Por ella bajaban estudiantes de diferentes edades. Olive ensanchó los ojos de la emoción por conocer más personas como ella. Miss Peregrine se detuvo en medio de la sala. Los demás jóvenes la miraban con curiosidad.

-Esto es la sala principal. Le mostraría el resto de la escuela, pero tengo que atender un asunto urgente en mi despacho en seis minutos con veintisiete segundos.-Dijo mirando un reloj de bolsillo plateado que Olive no se dio cuenta que tenía en la mano. Detuvo a una joven rubia con unos extraños zapatos de plomo.-Miss Bloom, ¿me podría hacer un favor?

-Claro que si Miss Peregrine, ¿De qué se trata?-Preguntó la joven mirando a Olive con curiosidad.

-Olive es la nueva estudiante de la que hice anuncio en la cena del día anterior. Ella va a quedarse en el antepenúltimo cuarto del pasillo derecho. ¿Podría llevarla y luego mostrarle la casa?-Preguntó Miss Peregrine hablando igual de rápido que un ave. La joven asintió.

-Claro. ¿La habitación es la que está al lado de la de Enoch?-Preguntó. Miss Peregrine asintió antes de despedirse y darse la vuelta. Caminó alejándose por el pasillo con su andar rápido característico. Emma soltó una risa nerviosa.

-Hola. Así es ella. Me llamo Emma Bloom. ¿Y tú?-Preguntó extendiendo una mano para saludarla. Olive estrechó su mano enguantada con la de Emma.

-Olive Elephanta.-Dijo Olive esbozando una media sonrisa. Ambas jóvenes subieron las escaleras de madera. Emma le comenzó a hablar de la escuela y a presentarla con los demás. Le presentó a personas de diferentes edades de las que pronto olvidó sus nombres. Vio a un chico invisible llevar una pila de libros. Una niña pequeña cargar con una mesa pesada. Un chico, si no mal recordaba se llamaba Víctor le sonrío en cuanto Emma la presentó. Todos se veían agradables. No había rastro del joven que Emma había dicho que tenía su habitación continua a la de ella.

Se detuvieron frente a una puerta de madera de roble, del mismo tipo de las que recubrían las paredes.

-Esa es tu habitación... te dejo para que desempaques.-Dijo Emma señalando el pasillo.-Iré a hacer mis actividades diarias. Luego nos vemos.

One-shots Enolive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora