Especial navideño parte 6: El regalo

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Enoch ya llevaba la harina. La había encontrado en una tienda a unas cuadras de ahí. No fue necesario llevar el auto. Solamente le faltaba conseguir el regalo de Olive. Camino hasta llegar a la veterinaria. El día anterior fue a la veterinaria a ver si tenían gatos. Tenían cuatro gatos bebes. Uno era gris con rayas negras. Había otro color amarillo. El gatito color blanco le gusto más para Olive. Le planeaba dar un gato para que así ya no extrañara tanto a Addison y a los niños. Un gato les vendría bien a ambos. Enoch entro a la veterinaria. El olor a animal y productos químicos revoloteaba en el local. Los pájaros aleteaban sus alas. Los perros dormían plácidamente en sus jaulas. Se dirigió al mostrador donde un joven atendía. Leía un libro. Levanto la vista de su libro en cuanto lo vio.
-¿En que le puedo ayudar?-Pregunto. Enoch miro a su alrededor. No se veía ningún rastro de los gatos del día anterior. Comenzó a preocuparse. Faltaba que se los hubieran ganado.
-Ayer vine a la veterinaria y vi que tenían cuatro gatos. Quiero adoptar uno.-El joven hizo una mueca. Se levanto de su silla y dio la vuelta.
-Sígame.-Enoch lo siguió más atrás de las jaulas de los perros. Había una caja de cartón. La misma en la que había visto a los gatos. El joven se inclino sobre ella.-Ayer vino una familia y se llevaron a tres gatos. Solo quedo el gatito negro. No se si lo quiera usted. Es muy arisco.
Enoch miro adentro de la caja. Un gatito de pelaje negro y grandes ojos azules lo miraba. Su cabeza era más grande que su cuerpo. Era muy bonito el gato, a pesar de todos los mitos que los gatos negros tenían detrás de ellos. Enoch no creía en ninguno de los mitos. Eran puras tonterías. El gato maulló. Enoch extendió una mano para acariciarlo. El gato tallo su cabeza en su mano. Era muy suave.
-Me lo llevó.-Dijo Enoch después de un rato de contemplar el gatito. El joven asintió y agarro la caja. La alzo y la llevo al mostrador.
-Esta bien. ¿Es para alguien en especial?-Pregunto mientras cerraba la caja.
-Si. Es para mi novia.-Respondió Enoch sacando su billetera. El joven le hizo unos hoyos a la caja para que el gato pudiera respirar.
-No es nada por el gato. Al fin y al cabo los estamos regalando.-Enoch asintió y guardo el dinero en la billetera. Empujo la caja hacia Enoch.-El gato ya esta desparasitado.
Enoch dio las gracias y salió con el gato en la caja. Avanzó por la acera. Se dirigió a una mercería cercana. Entro y compro un moño y un listón. Tardo un poco en elegir el color del listón. Al final eligió el color blanco, simplemente porque no sabía que color elegir, y el blanco técnicamente no era un color.  El moño era azul. Afuera del edificio donde vivían, pegó el moño azul en la caja. Lo siguiente que hizo fue ponerle el listón al gato, pero no se dejaba. Le trato de atar el listón alrededor del cuello pero no quería. Enoch estaba desesperado.
-¡Maldito gato déjame atarte el listón!-Exclamó frustrado. Ya se había tardado media hora en “conseguir” la harina y Olive debía de estar desesperada. El gato pareció entenderlo y se quedo quieto. Enoch aprovechó y le ató el listón con forma de moño. Le dio una caricia al gato en la cabeza como premio por haber obedecido. Cerró la caja y entró al edificio. Subió las escaleras. Llegó a la puerta de su departamento. Buscó en el bolsillo del pantalón las llaves, pero no estaban. Demonios, las había olvidado. Toco la puerta.
-Olive ya llegué. Ábreme la puerta.-La puerta se abrió enseguida. Olive lo miro con el ceño fruncido.
-¡Enoch treinta minutos consiguiendo la harina! ¡Es demasiado…-Se detiene al ver la caja de cartón. Como desde hace seis años, la curiosidad siempre le gana.-¿Qué es esa caja, Enoch?

One-shots Enolive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora