Capítulo 3

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-es un idiota-dijo Ayato mientras entraba a su habitación seguido de Laito

-vamos, no hables así de Kou

-sabes que es cierto, Laito-volteó a ver a su hermano-no me agrada ni un poco, te lo juro

-ya lo noté-dijo después de un suspiro-sólo debes tolerarlo

-lo intentaré...-susurró con el ceño fruncido mientras miraba como el castaño se sentaba en la cama así que se acercó para imitar su acción, sólo que se sentaría en las piernas de su novio

-vamos, no frunzas el ceño-tocó el entrecejo del menor-te saldrán arrugas cariño

-bien...-suspiró relajando su expresión y recargó su cabeza en el hombro de Laito, cerrando sus ojos

-oye mi amor~-dijo en tono juguetón el castaño insinuándose con el pelirrojo

-¿qué pasa?-lo miró a los ojos que tenían un brillo de lujuria y picardía a lo que el pelirrojo se sonrojó

-¿no quisieras~...seguir con lo de hace rato~?-comenzó a tocar los muslos de su acompañante

-no sería mala idea~-sonrió mientras comenzaba a desabrochar la camisa blanca de Laito-no me gusta que me dejes con las ganas cariño~

-jeje...-jaló a Ayato haciendo que quedara acostado y se puso sobre él-y te las voy a quitar de una vez-le sacó el pantalón y me acercó dos de sus dedos a la boca pero Ayato los rechazó-¿eh? ¿Por que no? Tengo que prepararte amor-dijo acercando nuevamente sus dedos a los labios de su hermanito quien volvió a rechazarlos-anda~, lámelos~

-n-no...-respondió algo apenado y se puso en cuatro-y-ya métela...no voy aguantar más tiempo...-lo miró de manera casi suplicante

Laito soltó un jadeo, con algo tan simple como eso, había logrado ponerlo duro con esas dos simples palabras "ya métela" pero no estaba seguro, no quería lastimar a su pequeño así que se acercó un poco a él

-que ansioso...pero tengo que prepararte aunque sea un poco-se acercó más comenzando a lamer la entrada del muchacho quien inmediatamente comenzó a gemir

-ah~...n-no, Laito...-jadeó el pelirrojo ansioso-y-ya métela...no aguanto...-movió un poco su cadera haciendo que el castaño se separara comenzando a desabrochar su pantalón

-¿eso es lo que quieras mi amor?-comenzó a meter su miembro de manera lenta a lo que Ayato soltó un gemido algo agudo

-ah~...s-si...-Laito metió el resto de su miembro por completo en Ayato de golpe, quién soltó un gemido que podría confundirse fácilmente con el de una mujer

Laito no esperó más y comenzó a moverse con rapidez mientras su hermano gemía como loco y nada podía callar esos sonidos para nada decentes, también poco les importaba si los demás hermanos o la humana los llegaban a escuchar, deberían estar acostumbrados ya, no sólo por los gemidos de Ayato, sino también los de Azusa y Shuu, pero siempre los que más se escuchaban eran los del pequeño masoquista.

-¡ah~ Ruki, ahí~! M-más...ahí...-gemía también sin mucho sentido el chico lleno de vendas que yacía debajo del cuerpo de su hermano mayor

-demonios Azusa...-gruñó Ruki-estas tan estrecho...-dijo complaciendo más al pequeño comenzando a dar bruscas embestidas contra ese punto que volvía completamente loco a Azusa

-¡ah...ah!-pareciera que reservaba siempre su voz para soltar esos gemidos tan altos que sólo Ruki ocasionaba-s-si sigues así...yo...-un gemido no dejó terminar la frase al chico pero Ruki la entendió a la perfección

-hazlo pequeño, córrete para mí-besó a Azusa con una sonrisa

    Azusa y Ayato se corrieron a la vez, como si lo estuvieran en la misma habitación con el mismo chico, sin embargo, Laito y Ruki tardaron unos minutos más, ninguno de los dos tendría nunca suficiente de su pareja.

-eso...estuvo genial...-dijo con la respiración agitada Ruki a la vez que salía del pequeño y tembloroso cuerpo de Azusa quien sólo asintió con su cabeza

-n-no te vayas...-dijo al mirar las intenciones del peligris de salir de la habitación

-¿mm...?-miró a Azusa un tanto confundido

-t-tú...¿podrías...dormir conmigo...?

-¿eh...? Ah, claro...-se acercó-¿no preferirías que nos demos un baño antes de dormir?

-si..., eso sería...muy bueno...-se sentó lentamente en la cama pero después sintió los brazos de Ruki alrededor, cargándolo a lo que se sonrojara levemente-¿R-Ruki...?

-¿mm...? ¿Qué pasa mi pequeño?-ese apodo hizo que las mejillas levemente sonrojadas de Azusa se tornaran de un intenso rojo carmesí

    Azusa ya no dijo nada y tomó un baño que los relajó por completo y después fueron a la cama, donde cayeron rápidamente en los brazos de Morfeo.

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Bueno cariños míos, este capítulo lleno de lemmon 🍋 es para compensar el tiempo en que me tardé en actualizar y porque el capítulo pasado nuestra querida diva Kou nos interrumpió.

Espero que les guste, dejen su estrellita y comentario de cómo les pareció 💬.

Duele el amor (Amor entre Hermanos 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora