Das todo lo que tienes
al que menos lo necesita.
Juegas con palabras oscuras
convirtiéndolas en alegría cuando
salen de tu boca.
Ayer nos dijiste a todos
que no sabemos cual es
el verdadero significado de vivir,
después cerraste los ojos
y reíste.
Yo no entendía lo que querías decir,
después me di cuenta
de que no entendía la vida.
Nos llevaste a la azotea de mi edificio
y empezaste a gritar que
querías ser feliz.
Los sueños empezaron ahí,
en la azotea.
No fue el sitio mas indicado para
entender la vida,
pero todos empezamos
a gritar libertad para nuestros colores
esa misma noche.