Un día mientras paseábamos,
un anciano nos dijo
que el amor era sólo algo más en la
larga lista de cosas que nos hacían
perdernos en nosotros mismos,
que todo el que lucha en este juego
acaba perdiendo contra sí mismo,
que los corazones no están hechos
para soportar tanto peso.
Tú le miraste a los ojos
y dijiste que en realidad, todo aquél
que no encontraba algo a lo que amar
si estaba verdaderamente perdido,
porque el amor te mantiene vivo
y a veces adolorido, pero siempre
será algo a lo que recurrir cuando
no nos encontramos ni a nosotros
mismos.
Fue ahí cuando me di cuenta
que realmente yo me había
encontrado a mi misma
en ti.