Y llegaban los días en los que
no te sentía,
y lloraba con ganas de verte.
Pero a veces está bien sentir
aun que sólo sea dolor,
y más si es de extrañar
porque así me demuestro a mi misma
que los recuerdos no mueren
a las puertas del olvido.
Y a veces gritaba,
esperándote,
y a veces dejaba de creer en la fuerza
de los colores.
Pero es que a veces pasa que
algunas personas llegan,
diciéndo de quedarse para siempre,
y que razón tienen,
porque aún que decidan irse
siguen en tu cabeza,
haciéndote caer como plomo
ante sus corazones.
Y la única solución ante eso
es ir tras ellos
o esperar a que decidan
volver.