Vivía en esas nubes de humo
llenas de tristeza,
se pasaba los días gritándole al pasado
y por las noches se reía de si mismo.
No paraba de repetir que la vida
se había vuelto negra,
que todos los miedos se fueron
con su felicidad
y que mis ojos eran lo único que
le quitaba las ganas de huir.
Tocaba mis nudillos con esperanzas
de volver a ser él mismo
y reía,
reía de dolor.
"Creo que eres lo único
que aún merece la vida."