Capítulo dos

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Las cosas no fueron fáciles para Luhan cuando llegó a Japón, para empezar, lo habían enviado a Tokio: la ciudad más poblaba de mundo. Luhan se sentía como si hubiera vuelto a China, porque había demasiadas personas en la calle y tenía que hacer filas enormes para todo. El segundo problema de Luhan era que, al no hablar japonés tenía que comunicarse en inglés y su inglés no era muy bueno, tuvo demasiada suerte que varios compañeros de la empresa en Corea hayan ido a Japón, porque al menos así podía hablar con alguien sin que pareciera que jugaba caras y gestos.

Los primeros meses pasaron demasiado rápido, tal vez porque tenía demasiado trabajo y no tenía tiempo para pensar en nada más. Los japoneses estaban felices por el gran trabajo que hacía Luhan y rápidamente le ofrecieron duplicar su sueldo si aceptaba firmar un contrato con ellos y no regresar a Corea después de los seis meses.

Luhan aceptó la propuesta de los japoneses sin dudar.

Porque su sueldo no era la gran cosa y tenía que empezar a ahorrar dinero para las cosas que su bebé iba a necesitar, además de que no tenía pensado regresar a Corea al menos no tan pronto, con el dinero extra que obtuvo pudo conseguir un mejor departamento, su nuevo departamento tenía una habitación bastante grande, una sala-comedor, una pequeña cocina y un baño, el departamento era pequeño comparado con su antiguo departamento en Corea pero era lo suficientemente grande comparado con otros departamentos en Tokio, tal vez más adelante podría permitirse conseguir un departamento más grande para él y su bebé.

Hasta ese momento nadie sabía de su embarazo, bueno, nadie de sus conocidos sabía sobre que Luhan tenía un pequeño bebé en su vientre. La única persona que sabía de su embarazo era su jefe, tuvo que decírselo al hombre por miedo a que éste se enterara después y lo despidiera, no podía darse el lujo de perder su trabajo con un bebé en camino.

No sabía nada de Sehun y Luhan estaba bien con eso, o eso se repetía todos los días intentando creérselo. Por más que lo intentaba no podía olvidar a Sehun pero no podían culparlo, habían sido novios por mucho tiempo y el amor no desaparece de un día para otro. Sin embargo, Luhan trataba fuertemente de olvidarlo, porque Sehun había roto su corazón y nunca iba a perdonarlo por engañarlo de ese modo. Luhan había aprendido por malas experiencias que si alguien te engaña una vez... lo hará dos veces o más. Luhan no necesitaba a Sehun en su vida, él solo era capaz de cuidar a su bebé.

Fue en el segundo trimestre que las cosas comenzaron a complicarse, para empezar, le había dicho a KyungSoo que estaba embarazado y éste le dio el regaño de su vida, le dijo que debía volver a Corea inmediatamente y que debía de decirle la verdad, Luhan le dijo que nunca haría eso y que dejarían de ser amigos si le decía a Sehun sobre su bebé. También los síntomas de su embarazo –o torturas cómo el los llamaba- comenzaban a hacerse más frecuentes, su espalda le dolía sin que hiciera ningún esfuerzo y sus pies comenzaron a hincharse de la noche a la mañana, lo peor de todo eran sus antojos, porque, al no tener a nadie a quien despertar en medio de la noche Luhan tenía que obligarse dormir sin tener ningún antojo, no podía simplemente levantarse a mitad de la noche para ir a buscar fresas o bolas de arroz rellenas de chocolate, porque no tenía un automóvil y al día siguiente tendría que levantarse temprano para ir a trabajar.

Pero todo valía la pena, lo supo cuando asistió a su cita médica para supervisar el desarrollo de su embarazo y el doctor le mostró el ultrasonido de su bebé, aún era demasiado pequeñito y eso asustó un poco a Luhan aunque el doctor le dijo que era algo bastante normal, que a veces habían bebés más pequeños que otros.

Había guardado la foto de su bebé en su billetera y la llevaba a todos lados, cuando sentía que el trabajo era demasiado y que no podía más con su vida se tomaba unos minutos para ver la foto de su bebé, para recordarse a sí mismo que tenía una personita que dependía de él y que no podía darse por vencido tan fácilmente.

Love is not enoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora