"Como si no hubiera vuelta atrás, antes de que el cielo se tiña de negro te voy a querer tanto que no habrá que arrepentirse" –G.S.
Cuando escuchó a Heechul mencionar lo sucedido con el subterráneo instintivamente desvió la mirada pensando en Kyuhyun, asintió en silencio y le dijo que se vieran en otro lugar en unos minutos para hablar.
Es cierto que al inicio de ese camino se había dejado llevar sin tener un plan claro y ahora que poco a poco formaba uno junto a otros individuos parecía que las cosas se modificaban de forma abrupta y rápida haciendo que todo se transformara en algo más complejo y peligroso de lo que ya era. Heechul habló de un par de días, se habló de búsqueda y de riesgo, de una misión temprana para la que todavía se preparaban, pero no pudo decir nada para negar debido a los hechos; era ahora o nunca.
Kyuhyun yacía desnudo cuando regresó a la habitación y deseó tanto consumirle de nuevo, rozar su piel al tiempo que escuchaba su voz extinguirse y no supo de dónde salió esa necesidad abrumadora de tenerle una vez más. Deslizó las yemas de sus dedos por sus hebras luego de sentarse a su lado y le observó en silencio, recorriendo una vez más su figura pero ahora con más serenidad, de esa que carecía un acto de entrega como el que ambos habían interpretado antes. Lucía tan vulnerable.
Se acomodó a su lado atrayéndole contra su cuerpo y muchas preguntas llegaron a su cabeza, como esa que se preguntaba si habría alguna manera de evitar que el castaño le acompañara en algo que sabía lo pondría en riesgo.
Sus ojos se abrieron sintiendo la sensación de un brazo sujetándole y su primer instinto al encontrar el rostro del contrario tan cerca del suyo fue buscar apartar sus cabellos que entorpecían la visión de la contemplación de su sueño pero pronto aquella mano en su cuerpo abandonó su posición para impedírselo –deberías dejar de intentarlo- escuchó un murmuró.
-Lo siento, siempre lo hago antes de notarlo- respondió, pero a diferencia de otras ocasiones su mano no fue liberada y en cambio se sonrojó al sentir los labios del pelinegro presionarse sobre el dorso de esta.
Le tomó un momento entender su mirada, ese brillo distinto al de siempre para recordar lo sucedido un par de horas antes donde habían sido seducidos por la prohibición mientras su cuerpo dejaba de ser suyo y pasaba a pertenecerle a él.
-¿Qué fue lo que hicimos?- no fue porque ignorara que había dejado que tocara su cuerpo, sino por el hecho de que no conocía todo aquello, esas caricias desconocidas y la sensación de su ser fundiéndose con el suyo junto a una sensación abrumadora y placentera que no sabía cómo describir con exactitud.
-Hicimos el amor... tomé tu virginidad mientras tú tomabas la mía a la vez, te quité tu pureza Kyuhyun y fue maravilloso- susurró al final con una actitud que el menor desconocía y que provocó que se apartara lo suficiente para escapar del roce de sus labios.
-No deberías estar orgulloso de romper una de las reglas principales de nuestra sociedad- dijo porque se sentía inferior a él repentinamente, como si fuera mucho más pequeño y sus mejillas estaban tibias debido a que le avergonzaba saberse desnudo frente a él, bajo su mirada penetrante.
Yesung le miró sentado en la cama en un intento patético por cubrir su desnudez de sus ojos y sonrió porque le pareció tierno de su parte ver a aquel chico seguro de su lugar en el mundo, perdido de alguna manera por algo como la carencia de ropa cuando ya le había mirado.
-¿Por qué no debería?- cuestionó –obtener el corazón de alguien es algo de lo que cualquiera se enorgullecería, en especial si ha obtenido la aprobación para ir incluso más lejos y tomar algo a lo que no cualquiera puede aspirar... ¿te arrepientes acaso de haberme permitido obtener tu cuerpo?-
Lo sintió temblar cuando rozó su piel, pero este permaneció en silencio incluso cuando sus labios se pasearon por su hombro y su mano descansó sobre su muslo –no entiendo, ¿por qué permito que me hagas olvidar todo en lo que creo?-
-Yo también me he preguntado lo mismo, incluso en este momento- susurró contra su cuello níveo que se estiraba permitiéndole tomarle, entregándose sin siquiera resistirse al igual que hacía su cuerpo de manera inconsciente.
El cuerpo del mayor le envolvió al igual que el calor extendiéndose por su figura y no se resistió simplemente porque desconocía que pudiera hacerlo. Sus manos acariciaban la piel que nadie debía de ver ni tocar y sabía el castigo por algo tan grave, pero en sus pensamientos solo estaba ese que le decía con voz insistente "permítelo".
Sus manos se deslizaron por su espalda baja, permitiéndose acariciar su piel de terciopelo y a pesar de escucharle quejarse bajito, sus dedos ni siquiera dudaron en acariciar su intimidad, esa que le había sido entregada por primera vez ese día y que ahora deseaba tomar de nuevo como si la preocupación no fuera mucha y viviera en una realidad distinta a la que veía cada día.
Era tan dulce y fascinante, el placer crecía bajo sus ropas y la voz del menor solo susurraba gusto por sentirse profanado por sus manos.
Kyuhyun estaba boca abajo mirando una pared de colores desteñidos mientras sentía algo en su interior que hacía estragos en todo su cuerpo mientras este parecía tener problemas sobre decidir qué hacerle sentir debido a que su piel se erizaba, sus caderas se acaloraban y un cosquilleo incesante viajaba una y otra vez por su cuerpo haciendo que su sexo doliera.
-Me siento confundido- y quizás esa situación representaba una de las dudas más grandes que albergaban sus pensamientos porque mezclaba esa duda constante de lo que sentía su pecho cada vez que estaba cerca de Yesung y esas nuevas sensaciones que no terminaba de asimilar al saberse acariciado de forma prohibida.
-Es normal-
-No sé cómo llamar a lo que siento-
-Deseo... placer... los libros le mencionan de tal manera que no queda duda de que es lo que experimentas al estar bajo las manos de un hombre al que quieres- explicó acariciando su interior con cuidado mientras su mano libre le acariciaba con suavidad.
-Entonces debo suponer que te deseo mucho...- murmuró con las mejillas encendidas y la mirada vidriosa –porque nunca dejaría a nadie hacer lo que tú haces conmigo- confesión o no, Yesung sonrió complacido al escucharle porque no quedaba duda de que había muchos sentimientos que le provocaba al menor además de placer.
Le dejó por un momento para girarle y entonces tomó sus labios con ansiedad, degustándolos de forma apasionada, escuchando al menor jadear contra estos mientras buscaba acabar con sus defensas por completo. Su interior era cálido y agradable cuando inmiscuyó su lengua en su cavidad, tomándole desprevenido en una batalla en la que desconocía la forma de combate, pero eso no importó porque este le permitió la victoria sin siquiera intentarlo.
Los besos se intercalaban y su lengua jugueteaba con la inocencia de los labios de Kyuhyun al igual que con lo que había detrás de ellos, y su sexo jugaba a rozar el ajeno sin proponérselo, permitiéndose sentir el estado de su excitación derramándose lentamente como una alarma que avisaba que el momento se acercaba.
Estaba prohibido realizar lo que hacían en esos momentos pero eso solo provocaba que lo deseara con más furor.
Los ojos marrones le miraron en silencio y se estremeció cuando una mano vacilante se deslizó por su piel morena porque Kyuhyun se había limitado a ser solo un espectador, probablemente debido a esa parte de él que aun buscaba negarse a romper las reglas y le sonrió con alegría porque había estado esperando eso, su toque.
Le besó hasta cansarse y le acarició una y otra vez antes de adentrarse en él, escuchando con júbilo la manera en que su cuerpo le brindaba placer y este le recibía con satisfacción. Debería evitarlo, abstenerse de hacerlo, pero no pudo simplemente porque la provocación siempre había estado ahí moviéndose en silencio hasta el momento en que ninguno de los dos pudiera resistirlo y le tomó por el simple hecho de que lo deseaba más de lo que podía controlar.
Kyuhyun estaba sonrojado con los cabellos adheridos a la piel cuando consumaron el acto y repentinamente sintió culpa, culpa por sacarle de esa monotonía que le mantenía a salvo para arriesgarlo en algo en lo que no tenía relación y que no podía controlar.
-¿Yesung?- la voz le sacó de sus pensamientos y le sonrió buscando ocultar eso que había en su cabeza en esos momentos; le apartó los cabellos de la frente y le vio sonreírle de forma realmente linda, desconociendo que por su culpa podría poner su vida en riesgo.
No le mencionó lo que sentía porque empeoraría las cosas y se dijo que si los planes salían mal, él podría asumir que su cariño era por otros motivos y no por ese sentimiento que había dejado de existir en la sociedad desde hace siglos, al menos para aquellos que seguían las reglas; así sería más sencillo.
-¿Estás cansado?-
-Si...- le dio un beso en los labios y se retiró de su cuerpo, sintiendo rápidamente la necesidad de seguir atrapado en su intimidad –creo que comienzo a tener sueño de nuevo-
-Duerme, hablaremos en la mañana- le dijo, sintiendo la necesidad del descanso en más de una manera.
-Yesung... quédate conmigo- pidió con la mirada en otro lugar al sentir el calor avivar sus mejillas, pero deseaba que se quedara ahí para sentir su cuerpo, para buscar refugio en él como se le había hecho costumbre y que ahora parecía necesitar con mayor necesidad al permitirle conseguir su cuerpo. Vio al moreno acomodarse en el lugar de siempre y sonrió de forma tímida cuando este le acercó a su pecho, sintiendo su desnudez y la forma acelerada en que latía su corazón de forma similar al que imaginaba tenía el propio.
"Me gustaría quedarme así para siempre" pensó con inocencia sabiendo que no era posible y se preguntó si en algún momento existiría la posibilidad de que Yesung nunca se fuera de su lado, incluso aunque eso significara estar en una misión eterna donde este se mantuviera buscando a su familia y sin saberlo, estaba experimentando el egoísmo, ese que buscaba su propio beneficio sin pensar en lo que le causaría al mayor una eternidad esperando encontrar eso que quería.
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Without Love {YeHyun}
FanfictionLa sociedad había cambiado en gran medida a través de los años hasta alcanzar el perfeccionismo buscado, creando así un mundo donde no existían problemas ni dificultades, todo seguía un proceso, patrón o instrucciones para evitar que algo cruzara la...