"Todo lo que necesito es recordar cómo era sentirse vivo" –A.A.
Todo estaba oscuro cuando vio el naranja iluminar el cielo y un aroma extraño llegó arrastrado por la brisa; era la primera vez que veía ese color en la noche, pero a diferencia de los puntos brillantes en el cielo, estos parecían volverse pequeñas luciérnagas naranjas que desaparecían luego de volar un momento.
Había estado en la cama hasta hace un instante pero creyó haber escuchado algo y ni siquiera notó que sus pies estaban desnudos cuando salió hasta que sintió una sensación extraña en su piel.
-¿Kyuhyun?- pronunció al verlo de pie en medio de la oscuridad con la mirada en lo alto.
-¿Sabes qué es ese color?- no lo había notado hasta que se lo preguntó y entonces cuando miró el cielo se estremeció.
-Peligro- murmuró haciendo que el menor volteara a mirarlo -tenemos que ir dentro- le tomó de la muñeca y a pesar de que sus pies parecían negarse a avanzar, pudo llevarle con él, pero eso no había evitado que su mirada persiguiera el naranja que se extendía en el cielo como el vaho.
La puerta se cerró trayendo consigo la oscuridad y Yesung se preguntó en silencio qué era lo que estaba sucediendo, qué había causado aquello.
–Era un lindo color- pronunció y no supo porqué el mayor le abrazaba repentinamente.
-Si alguna vez lo ves, aléjate de él- le susurró sin darle mayores explicaciones y aunque dudaba que el castaño hubiera entendido el peligro que ello implicaba, este asintió y no supo si lo hizo por él mismo o por sus palabras, pero era lo que menos importaba si eso significaba que no se acercaría a él.~*~
Las pisadas habían reemplazado el sonido de la naturaleza esa noche y la respiración se agitaba ante la anticipación como el eco de una voz que debía seguir enmudecida; sus manos se convirtieron en su lenguaje al igual que las miradas y el temor se transformó en una herramienta más de su arsenal para lograr su objetivo.
Los dedos se deslizaron una vez que en los transmisores se escuchó un "ahora" y miró a sus hombres una última vez mientras la protección se anulaba, sin saber si alguno de ellos caería, si él caería o saldrían airosos sin ninguna pérdida, pero debía estar preparado para todo y esa noche tal vez estaba preparado para todo ello, menos quizás para dejar a un jovencito sin su supervisión, pero al menos le consolaba saber que tendría lo suficiente para saber manejarlo si ese se convertía en el escenario de su última noche. Y pese a todo no se arrepentía.
Se movieron con sigilo, rodearon el lugar levantando sus armas y una mirada fue suficiente para saber si todos estaban en posición antes de abrir una puerta que no solo se abría ahí sino en otros lugares. Los disparos hicieron eco al llamado de "fuego" y llenaron de explosiones la noche, el rojo comenzó a derramarse y las voces empezaron a flotar en el aire junto el aroma del fuego.
Acabar con una vida llevaba un peso implícito y aunque sabía que eran distintos, había esperado que aquella fuera una de las únicas cosas que mantuvieran en común, pero se equivocó, ellos ni siquiera parecían darse cuenta que cuando levantaban sus armas lo hacían contra otros seres humanos.
Las alarmas sonando, el sonido incesante de los disparos y el ruido de la tierra producto de cuerpos corriendo -¡llévenlos a un lugar seguro!- gritó antes de disparar contra la alarma que había sido activada por uno de los enemigos en un descuido.
Jóvenes, hombres y mujeres habían estado atrapados ahí luego de dejar una prisión donde eran maltratados, donde se les hacía pasar hambre y dolor para luego ser sometidos a drogas experimentales que adormecían sus sentidos; no le enorgullecía asesinar pero de alguna manera era lo mejor para todos porque estaban un paso más cerca de obtener una libertad que les había sido arrebatada y se decía tenían cuando la realidad era que ni siquiera tenían permitido pensar diferente.
Las explosiones arrojaban humo que se perdía en la noche y el naranja bailoteaba entre los escombros dejando ver sombras corriendo en distintas direcciones para alejarse de ahí sin saber lo que sucedía a primera instancia; la piel se había ensuciado con hollín, el lodo y la sangre derramada, y en el aire se percibía la destrucción.
Estaba seguro de que se trataba de minutos, pero se sentían tan pesados como las horas y las lesiones y los hombres heridos solo aumentaban la carga en sus hombros, pero aquellas figuras sin nombre alejándose calmaban su acelerado corazón que no podría descansar hasta que todo terminara.
Vio una pequeña luz parpadear debajo de la sangre derramada en el piso del escenario de un crimen masivo contra la vida y se agachó moviendo el brazo inerte de uno de los cuerpos en el lugar para tomarla, apartando el líquido que comenzaba a oxidarse –no importa lo que hagan, nosotros nos seguiremos levantando contra ustedes si las cosas no cambian y así como este día, llegará el momento en que su vida esté en nuestras manos y debo suponer sabrán lo que sucedería...- soltó el botón del pequeño transmisor y lo dejó caer al suelo sabiendo que lo encontrarían cuando notaran lo que había sucedido esa noche.
Los estruendos invadían la noche como plegarias de almas que buscaban vivir y no solo sobrevivir, pidiendo a gritos eso que se les había sido arrebatado hace tanto y que deseaban con fervor.
El color rojo estaba disperso decorando algunas paredes como una extraña obra de arte, derramada en el piso como un botecillo de tinta y mezclada con el césped y la tierra como un amasijo de color oscuro donde resaltaban casquillos de color metálico que reflejaban la luz.
Una guerra se estaba llevando a cabo esa noche e irónicamente los ciudadanos parecían no saberlo, durmiendo sin saber que los opresores que se movían entre ellos eran derribados uno a uno por las armas de otros que se habían atrevido a ser más que solo figuras que sobrevivían todos los días asumiendo que eran felices porque alguien más se los decía.
Los disparos eran audibles a la distancia como un recordatorio sobre que quedaban más lugares como en el que se encontraban y el sonido del cristal rompiéndose liberando masas de fuego fueron lo único que quedó cuando abandonaron uno de los tantos centros de reeducación que pronto serían consumidos en su mayoría por las llamas y a pesar de que la ayuda llegara, era demasiado tarde porque ya no quedaban almas que salvar, solo escombros de lo que alguna vez había sido una prisión para controlar ciudadanos que se habían dado cuenta de la realidad que ocultaba una sociedad que se autonombraba así misma "perfecta".
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Without Love {YeHyun}
FanficLa sociedad había cambiado en gran medida a través de los años hasta alcanzar el perfeccionismo buscado, creando así un mundo donde no existían problemas ni dificultades, todo seguía un proceso, patrón o instrucciones para evitar que algo cruzara la...